domingo, 28 de marzo de 2010

segunda parte

Estamos a principio de siglo, del siglo pasado y vemos a un chico que es bastante peleador cosa de la que sus compañeritos de barrio pueden dar fé. A los 10 años de edad, luego de pelearse en la calle es sorprendido por el director del gimnasio del barrio, monsieur François Descamps, quien en vez de retarlo por la pelea le remarca su eficacidad en el combate y lo incita a entrenarse en algún deporte combativo, sea rugby o boxeo.

El chico comienza a ir al gimnasio y lo inician en las artes del box, pero también le enseñan a hacer malabares y acrobacias, le hablan mucho de ser humilde, de respetar al prójimo, de solo pelearse en el gimnasio, de hacerlo como un deporte.

 

El chico demuestra ser un dotado para el combate y es muy, muy hábil en este terreno. Pero también es aplicado, tiene rigor y disciplina. Sobre el ring es rápido y de reflejos excelentes. La velocidad con la que progresa asombra a los profesores que se animan a que participe en torneos de box. Así, con tan solo 12 años gana el titulo europeo. Al año siguiente disputa su primer combate de box ingles (George es francés y sus profesores le habían enseñado el boxeo francés) y esta pelea es determinante en la vida de George, al sonar la campana del final de la pelea ya sabe cual será su destino.

 

Siendo solo un adolescente de 16 años es el Campeón de Francia y no solo eso: entre octubre de 1911 y junio de 1913 conquista 5 títulos de Campeón de Europa como semi-pesado. Su secreto es una derecha letal. Cuando lanza toda la carga de su brazo derecho y lo hace estrellar contra el rostro de sus rivales sabe que de allí no se levantaran.

 

A fines de diciembre de 1913 le llega la gran pelea que definirá las cosas, el quien es quien, la  verdad de donde esta parado: debe enfrentar al bombardero de la armada de la India, el británico Billy Wells. La pelea fue muy publicitada y el público asistió en masa para ver la masacre del bombardero que iba a desplegar su artillería sobre la humanidad de un muchachito francés de 19 añitos que quería hacer un deporte de hombres ingleses. El campanazo inicial los lanza al centro del ring ante el griterío general. Bombardero Wells ensaya algunos golpes que son esquivados por los rápidos reflejos de Carpentier, pero en el segundo 72 todo pasa muy rápido en la cabeza de George: Billy Wells le lanza un golpe que George esquiva, quedando en posición perfecta para lanzar su derecha a la mandíbula desprotegida de Wells y en el segundo 73 "El Gran Bombardero Billy Wells" esta Knock Out en el suelo, donde le hacen la cuenta hasta 10 sin ninguna reacción. George Carpentier levanta los brazos ante el fervor de la multitud que lo aclama histérica, y mientras mira al público en el medio de todo el griterío sabe que con tan solo 19 años Europa le pertenece y el Mundo le esta tendiendo los brazos. Al día siguiente es nombrado por la prensa como "el hombre, sin armas, mas peligroso del mundo".

 

6 meses después el archiduque François-Ferdinand, heredero del trono Habsbourg del imperio austrohúngaro es asesinado en Sarajevo. George Carpentier no queda ajeno a la Guerra de todas las Guerras y se enrola en la armada del aire, sin escuchar consejos. En la armada intentan protegerlo de entrar en combate ya que era más valioso como símbolo que muerto, pero él se anota como voluntario en todas las misiones que puede. Así, piloto emérito, participó en todas las ofensivas del otoño de 1916. Cumple misiones heroicas y es condecorado por su heroísmo dos veces una con la Croix de Guerre y otra con la Médaille Militaire. Pero en 1917 es herido y quitado de la acción bélica.

 

Termina la guerra y George no tiene mejor idea que recomenzar los entrenamientos nada mas y nada menos que para ir en busca de lo que el destino le prometió antes de la Gran Guerra. Y así es como, aunque parezca increíble, en 1920 gana el tan ansiado título "prometido" de Campeón del Mundo de los semi-pesados eliminando a Battling Levinsky en 4 rounds (el tiempo que le tomó conectar su famosa derecha) y con esto inscribe en la historia de Francia el hecho de traer el primer cinturón mundial ganado por un francés.

 

George Carpentier es agasajado por reyes, duques y todo tipo de nobles. Chalie Chaplin declara públicamente su admiración, el escultor Paul Landowski lo inmortaliza esculpiéndole una estatua: Le Pugiliste. Inglaterra lo aclama, EEUU lo respeta y Francia lo idolatra. ¿Por qué? Posiblemente porque a sus cualidades de deportista se le agregan las de gentleman, sobre y fuera del ring, porque siempre permanece humilde y agradecido, porque a causa de la guerra había quedado embebido de las virtudes del patriotismo y del honor en todo momento.

Era una persona que pensaba y decía cosas inteligentes, en un reportaje que le hicieron en la sima de la gloria, ante la pregunta de que iba a hacer ahora él respondió que siempre había nuevos desafíos, "un verdadero campeón busca siempre empujar un poco más los muros que lo aprisionan".

 

Esta última declaración en el reportaje estaba referida a un objetivo, la corona suprema que aun le faltaba a George Carpentier, la más prestigiosa, la mas reconocida, esa que permite entrar en la historia o de solo quedar golpeando la puerta: el Cinturón de Campeón del mundo de pesos pesados.

 

Poco después declaraba a la prensa norteamericana que "el detentor de ese titulo es, junto con el Papa, la persona mas conocida del mundo". Esta corona de la persona mas conocida del mundo (la de box) era la que detentaba Jack Dempsey. El mismo Jack Dempsey que fuera arrojado fuera del ring por los puños de "el toro salvaje de las Pampas" Luis Angel Firpo, cuando el argentino le asesto un certero golpe que no solo lo tiro al suelo, sino que cayo fuera del ring y estuvo mas de 17 segundos fuera de la pelea (lo que hubiera merecido ser la victoria de Firpo si se hubiese hecho la cuenta reglamentaria hasta 10).

 

Georges Carpentiers va con su manager, François Descamps que si se acuerdan bien de las primeras líneas, es quien lo vio de chiquito y lo incito a hacer boxeo. Bien él queda como manager de Carpentiers durante toda su carrera (1908-1926) sin ningún otro contrato más que la palabra dada. Increíble, ¿no? No firmaron nada y siempre se arreglaron para repartir la comisión. ¡De otro mundo!.

 

Se construye especialmente para el evento una gran arena con capacidad para más de 90.000 espectadores. Estadio que no servirá más que una sola vez: solo para esta pelea.

George Carpentier llega a los EEUU acompañado de Descamps y de Fliper (su perro) y se entrena a unos 40 kilómetros de New York, en privado. Por el otro lado, Dempsey se entrena frente al público, y posa ante la prensa a diario, volviendo la pelea cada vez más mediática.

 

Georges Carpentiers es por mucho el favorito, incluso pese a no ser un peso pesado natural (pesaba solo 78 kilos cuando para ser peso pesado hay que superar los 79) y Dempsay con su metro 82 era un coloso de 85 kilos. En un sondaje previo que se hizo dio que sobre 52.000 fanáticos del boxeo encuestados 49.000 le daban la victoria a Carpentier. Tal era la diferencia para cualquier conocedor de boxeo. Incluso había periodistas que se aventuraban a adelantar la victoria.

 

Pero Dempsey era un norteamericano en Norteamérica y no podía perder. De ser eso posible, Firpo lo hubiese hecho.

 

La noche del combate llega y allí están sentados Henry Ford, Charlie Chaplin, y demás celebridades. La venta de entradas alcanzo cifras record y por la primera vez en la historia del deporte se supera el millón de dólares en entradas vendidas y por primera vez, también, el combate es retransmitido en directo a través de todos los EEUU. Hubo 570 periodistas de todo el mundo que se dieron cita allí para la pelea. En Paris, los teatros y los music-halls habían previsto ir informando al público sobre la pelea…

 

En el segundo round Norteamérica teme lo peor de su campeón: Dempsey se acerca para trabajar la "semi distancia" y hacer valer su fuerza, pero al acercarse se pone al alcance de Carpentier, quien lo alcanza con su derecha lastimando al campeón del mundo en el pómulo derecho. Dempsey retrocede en una nube de confusión. Lamentablemente, mientras Dempsey retrocedía mareado y tambaleante Carpentier no puede encadenar la seguidilla de golpes que correspondería porque siente un profundísimo dolor en la mano derecha. En esta acción se quebró su mano derecha.

Carpentier no tira la esponja y presenta batalla con su mano izquierda (como cuando de chico uno fanfarroneaba diciendo "a vos te peleo con la mano izquierda solamente"). El público comienza a sombrarse de Carpentier que con reflejos increíbles esquivaba golpes del campeón del mundo. Pese a eso Dempsey iba ganando round tras round.

Quinto round: Carpentiers esta haciendo una tarea titánica, pero ya absorbió demasiados golpes. Su exhibición no puede durar. Demsey le arroja golpes sin cesar, hasta que le "emboca" uno en pleno pecho. Carpentier cae lucido y se levanta. Ni bien lo hace Dempsey le acierta otro golpe durísimo. Carpentier cae K.-O. Dempsey conserva el cinturon de campeón del mundo.

Luego de la pelea Dempsey declara "en el segundo round me golpeo muy fuerte y no sabia donde estaba" (…) "jamás vi un boxeador tan bueno" …" si hubiese tenido unos kilos mas estaría ahora en mi lugar y seria el mejor campeón de la historia de los pesos pesados".

 

Dempsey campeón y Carpentier derrotado. Sin embargo toda la prensa solo habla de Carpertier y lo ensalza en elogios. En el WORLD el periodista dice "solo la potencia debido a la diferencia de peso le dio la victoria a Dempsey. Carpentier demostró ser un maestro en el combate dando clases en cada round, una inteligencia a la que su cuerpo responde instantáneamente, con una rapidez y una potencia asombrosa". El New York escribió "desde el punto de vista del box, Carpentier fue infinitamente superior, quien los hubiese visto sobre el ring habría dicho que era un profesor con un alumno mas bien tierno". La admiración y el respeto por Carpentier, incluso con esta derrota, se mantiene intacta.

 

George Carpentier arriba a Paris el 23 de julio, solo, con una valija de tela en una mano y Fliper de la correa en la otra mano vendada. Baja cabizbajo, cuando es sorprendido por una multitud que lo aclama como un héroe. En esos años, se perdonaba no haber ganado si el héroe había hecho lo que corresponde, y Carpentier había mantenido el honor en la derrota.

sábado, 27 de marzo de 2010

Deporte y filosofía de vida (primer parte)

En esta vida, es mejor dar que recibir

Un boxeador

 

 

 

Es un deporte que hoy en día es mal visto por muchos. Sus detractores proponen que darse golpes en un cuadrilátero es de salvajes, de hombres primitivos, cuando en realidad hay muchísimos deportes en donde sucede cosas parecidas (sin entrar a enumerar, piensen en los deportes de contacto o en los deportes marciales).

Hubo otra época en donde el boxeo no estaba mal visto y los chicos eran impulsados a practicar este deporte como una forma de cultivar el físico, el alma y al mismo tiempo de tener una herramienta de defensa en caso de necesidad, así como también una posible carrera laboral.

En un intercambio epistolar, Freud le dice a Einstein que no esta de acuerdo con el pacifismo propuesto por el célebre físico porque es reprimir la pulsión agresiva del ser humano. Y que es una obra inútil suprimir (intentar suprimir) la pulsión destructiva del hombre. Lo que hay que hacer (decía Freud) es canalizarlo, de forma tal que ese instinto violento no encuentre su forma en la guerra.

 

La noción de bien y mal, de bueno y malo, de correcto e incorrecto con respecto a este deporte se hizo demasiado rápido: séllese y archívese bien. Porque las pulsiones son todas indispensables, y es de la acción conjunta de ellas que se vive.

Tanto para las personas, como para las sociedades, es imposible vivir aislando una pulsión y reprimiendo la otra.

 

Como decía antes, en otras épocas se canalizaba ciertas "vocaciones" violentas en carreras deportivas. Esto proveía a personas de medios humildes la posibilidad de un futuro mejor que el provisto por el trabajo de obrero. Y proveía también de todo lo que provee un deporte que forma a chicos: el respeto a un reglamento, el esfuerzo personal, el sacrificio, el saber que siempre hay alguien que puede vencerlo a uno, que el combate (finalmente) es con uno y se trata de ganarle a la vida: vivir mejor, vivir satisfecho de lo hecho.

 

Para pelearse a las trompadas siempre puede haber una justificación, esta puede ser noble, vulgar, una justificación de la que podemos hablar abiertamente o de la que preferimos callar.

Mi padre era un gran aficionado al boxeo y con él he visto muchas peleas históricas. Muchas veces me hablaba de boxeadores famosos y me daba enseñanzas de ellos, pero no de como pelear, sino de filosofías de vida, de metáforas de la vida utilizando el box.

Recuerdo muy bien una, que me impacto, y que luego comprobé con la experiencia, me dijo que "Ringo" Bonavena decía que "todo el mundo te da consejos, del rincón te dicen pegale allí o acá, esquiva su derecha, subí la guardia, pero cuando la campana suena te sacan hasta el banquito y te quedas vos solo para enfrentar los golpes".

 

Quisiera contar en este blog algunas historias de boxeadores que, tal vez, no son muy conocidas, pero que vale la pena rescatar, ya que (a mi entender) cumplen con los principios éticos a los que un deportista, y que un ser humano sea deportista o no, debe aspirar.

 

martes, 23 de marzo de 2010

Piense, lea, razone. Y hágalo a diario

Pensar es un trabajo delicado. No es cierto que estemos naturalmente dotados de la capacidad de pensar con claridad y lógica, que lo hagamos sin aprender o sin haber practicado. Las personas que no tienen el pensamiento entrenado deberían tener tanta esperanza de aprender con claridad y lógica como las personas que nunca han aprendido ni practicado pueden esperar convertirse en buenos pintores, golfistas, jugadores de bridge o pianistas.

 

                         Alfred Mander, "Logic of Millions" (Lógica para millones)

domingo, 14 de marzo de 2010

Ser padre es una continua agitación del corazón

Por insistencia médica, sobre el tema de mi peso, me he agenciado uno de estos aparatos para hacer gimnasia en donde uno debe despilfarrar energía haciendo un movimiento repetitivo. Tan repetitivo es el movimiento como el de pedalear y al estar uno entre muros se da cuenta que lo recreativo de andar en bicicleta es ver pasar el paisaje y no la actividad física en si misma.

Así es que fui a mi proveedor habitual de DVD y compre algunos films que se puedan ver mientras uno hace gimnasia. Entiéndase bien: adoro, amo profundamente ver películas, por eso no podía elegir películas en las que uno se tiene que sentar y ver la proyección concentradamente.

 

Así, caí en un film de Luc Besson (tiene un montón para este tipo de menesteres). Este film en cuestión se trataba de un grupo de jóvenes de banlieue que tenían ciertas habilidades físicas y destacaban en ese deporte francés llamado parcours y que consiste en hacer, justamente un parcour pero en un circuito insólito. Me explico mejor. Es hacer un recorrido mediante saltos, trepadas y rodadas por terrazas, balcones, barandas etc., etc.

 

El film es malo, pero peor aun (mucho peor aun) es el espíritu, la filosofía que intenta decirnos. Porque, finalmente, es un film para chicos. Para púberes si se quiere, pero más para chicos.

Les cuento brevemente. Esta ésta bandita de chicos que sube edificios por sus paredes solo para ver la vista que se tiene desde la terraza. Por esta razón son perseguidos por la policía y admirados por los chicos del quartier. Entre los policías gritones y el jefe histérico por atraparlos, se encuentra un policía que es amigo de la bandita de deportistas porque se crió en el barrio con ellos. Él los comprende.

Luego aparece un chico (sin ilación con la pobre línea argumental) que se cae de un árbol jugando en su escuela y queda muy grave en el hospital (bastante mal atendido, por cierto) porque solo una zonda de oxigeno

En el hospital hay un médico que no lo quiere operar si no le pagan. La operación es muy cara para la pobre familia árabe (por cierto, la bandita la integran negros, árabes, un asiático y algún emigrante mas) y la banda antes mencionada proceden a cometer una serie de delitos (robos, va!) para conseguir objetos para vender a un comprador de objetos robados y conseguir así el dinero para la operación.

A todo esto el médico le da plazo a la madre para que le consiga el dinero. Le dice, algo así como "el lunes que viene a las 12 horas".

Luego de cometer toda clase de fechorías, tener discusiones con el policía amigo (sobre leyes y ética) los miembros de la banda parecen justificar los medios por el fin que persiguen.

Finalmente consiguen el dinero cuando el comprador de mercancía robada les mal paga por una serie de objetos de arte. Va uno de la banda al hospital (los otros fueron atrapados por la policía, pero sin los elementos robados) y le da el dinero a la madre del mocoso. Esta va a la oficina del médico que no esta haciendo nada y le pide que lo opere, que a tiene el dinero, mientras le muestra un montonazo de billetes. El médico le responde que lo siente pero que ya es tarde. La madre le dice que es lunes al mediodía, y el medico le responde que no, que la propuesta era hasta las 12 y que son las 12 y 10. Entonces, aparecen los miembros de la banda (que fueron liberados gracias a que el policía amigo mintió encubriéndolos) y le piden al médico que recapacite, que les costo mucho conseguir el dinero, entonces el médico de buenas a primeras saca un arma y los amenaza de muerte a todos, pero aparece el policía amigo y extorsiona al médico para que opere a la fuerza al chico.

 

No pretendo criticar el film, así que no voy a entrar en detalles por ese lado (no vale la pena). Sí, pretendía contarles un estudio sociológico al que tuve acceso en el que se cuenta datos estadísticos (como la cantidad de escenas violentas que ve un chico, cuando éste no tiene discernimiento para diferenciar la realidad de la ficción). Pero muy pronto me di cuenta que esos números (que son escandalozos) no son el objetivo de este blog.

Así que voy a abrir mis sentimientos y contar lo que me preguntaba, viendo este tipo de film para chicos, con valores éticos y morales tan trastocados (por no decir "dados vuelta totalmente"). Lo que me preguntaba cuando veía el tipo de alimento con los que algunos  estan nutriendo a una generación de chicos.

 

Y es que el cine, la literatura, y especialmente la televisión, son prescriptivos de las acciones morales correctas. La influencia tan seria de estos elementos contenedores de valores morales y éticos esta tan descuidada (¿o lo hacen a propósito?) que es peligrosamente ingenuo dejar que siga este rumbo. Porque nuestra vida se basa en decisiones morales, algunas pequeñas, otras trascendentes, pero todas ellas van signando quien somos y adonde nos dirigimos, tanto como personas como, como sociedad.

 

 

Allí están los chicos, que hasta hace poco leían cuentos de hadas historias llenas de esperanza, tal vez de Hans Christian Andersen, de los hermanos Grimm, o de E. Nesbit, o los de María Louisa Molesworth, o las canciones y cuentos de María Elena Walsh. Pero hoy ni leen esto, ni tampoco otras cosas, porque ocupan su tiempo viendo televisión excesivamente o jugando videos juegos, en donde individuos que desconocen el significado de la lealtad, el amor, la generosidad, la ternura, la delicadeza, la sinceridad, la paciencia, el perdón, al autocontrol, la alegría sincera genuina inocente, la gratitud, el respeto a los otros, la bondad, la paz y la no violencia. Videos en donde estos individuos muy particulares se dirimen violentamente, siempre llenos de intenciones belicosas y de inmensa capacidad para organizar cosas ilegales.

 

Y pienso en los cerebros de nuestros hijos, con todas sus celulitas en formación, multiplicándose en forma continua, ¿Cómo podrán liberarse de que se los deforme y entorpezca con tanto "romanticismo" árido y belicoso? ¿Qué es lo que van a soñar? ¿Y mañana hablaran en el nombre del cielo o del infierno, de los dioses o de los demonios, sea Krishna, Buda, Mahoma, o Dios, cuando hayan madurado y tiren ya solos de sus propias riendas (si es que esto existe realmente), cuando estén, o no, listos para afrontar la vida? ¡Pero si despreciaron (o ni tuvieron la posibilidad siquiera de esto) los más hermosos sueños!: hadas, caballeros, anillos mágicos, el Bien que triunfa…. Pero si en los años formativos solo recibieron violencia. Y hablo de los años en que mas profundas son las impresiones.

¿Qué formas inamórnicas van a dar al mundo? ¿Qué modelo deforme utilizaran para esculpir el mañana?

 

Es un pensamiento realmente sobrecogedor. O peor aun, es una situación tan alarmante que nos hace descender con repentino estrépito a un mundo que (lo mas probable para el lector/a de este blog) no es el nuestro, aunque vivimos en él. Un pensamiento que si lo continuamos derriba nuestras estúpidas torres de marfil, dejándonos expuestos a la triste intemperie de esta realidad de hoy y a los vientos y tormentas desencadenadas.

 

Supongo que mi argumento suena bastante arcaico, pero siendo padre sé que este pensamiento golpea en el corazón de todos mis pares que son padres, pero no de todos los que son padres. Porque, he aprendido con la experiencia, que ser padre es una continua agitación del corazón, desde el principio y (supongo) hasta el fin de los días, y desde todos los puntos de vista. El corazón que late distinto desde el parto (para el padre y la madre), los primeros tremulosos pasitos, llanto indescifrable de los primeros días, fiebre, una tos a la noche, los brazos gordos y las piernas rechonchas que abrazan como un bichito de cuatro patas…. El orgullo y la gloria indecible de verlos crecer sanos, contentos, felices.

Y para seguir agitando al corazón, siempre esta el reverso de la medalla: los temores razonables y los irrazonables, que florecen impúdicamente por todos lados como la hierba mala. Temor de accidentes, de fiebre muy alta, de diarreas y deshidrataciones, de muertes súbitas, de secuestros, maltratos de quienes quedan a su cuidado, y demás cuestiones que existen en el subconsciente, desde donde muerden como el Can Cerbero nuestra mente y nuestras entrañas, y se transforma en un monstruo, cuya mitad solo vemos nosotros, que es seria y horrible y cuya otra mitad ven los otros que es cómica e inofensiva.

 

Sé ahora, como lo suponía en otros tiempos, que llegara inexorablemente un día en que mi hija se deba enfrentar ante este mundo educado por la violencia, la falta de ética y el no respeto a los códigos morales. Y estaré obligado a esforzarme mucho, muchísimo, por tener tino y comprensión, cuando exista algún reproche de su parte, y (tal vez) tragarme algún consejo y esforzarme mas todavía para convencerme a mi mismo de que la educación con la que la crié fue la correcta, leyéndole inocentes cuentos de chicos, con los valores con los que estoy de acuerdo.

 

 

Posiblemente se me critique (con razón), que escribir esto en un blog, o sostenerlo en charlas es solo una diminuta chispa de esperanza en un mundo mejor, contra una tormenta enorme de odio, prejuicios y violencia. OK, pero ¿que otra cosa queda que luchar contra los profundos errores morales y valores equivocados de muchos seres humanos? Por supuesto que no intento revertir de un plumazo años de odio, violencia y discriminación institucionalizada, (no, al menos yo solo), mediante la sola apelación a leer historias con valores éticos y morales, porque acepto sin discusión que incluso el cuento mas logrado es frágil en este mundo lleno de diversas formas de crueldad (y esto lo viven nuestros hijos desde la mas tierna infancia, ni bien comienzan su proceso de sociabilización). Acepto la crítica de quien quiera hacerla, solo me basta con ver como se abordan algunos de estos temas en la práctica política, práctica política hecha por seres humanos que con excesiva frecuencia parecen impermeables a la compasión.

Me opongo a ese tipo de literatura que propone una forma de ver la vida estrecha, parcial y violenta. Y claro que son ellos los que repudian la otra literatura, que por otro lado, es la mas coherente y humana.

 

Sé que desde hace años estoy metido en la batalla, y se también que no estoy solo. Se que sumerjo a otros en la misma disquisición, pero ¿qué otra cosa podemos hacer como personas si deseamos alentar la esperanza y el respeto por nosotros mismos y por un mundo mejor para nuestros hijos? ¿Que otra cosa que, al menos con historias, crear el registro del caso honorable y posible (como decía Henry James)? Porque al menos podemos esperar que este registro permanezca y aunque no convenza siempre, al ser confrontado con lo brutal y obtuso del mundo de hoy en dia, de testimonio de los valores correctos, de la posición a adoptar.

domingo, 7 de marzo de 2010

Tornillos cartilaginosos

Estaba con un compañero de trabajo sacando los parlantes del auto para poner otros de mejor calidad. Es fácil hacerlo, uno quita los tornillos, desenchufa el cable y listo, ya saco los originales. Luego pone los nuevos, atornilla y enchufa el cable. Mientras trabajábamos me contó que tiene un amigo médico, medico de mujeres, como se decía antes o secamente ginecólogo, como se dice hoy. Y me contó lo siguiente:

el viernes pasado había quedado con su mujer para ir al cine luego del trabajo de ambos. Como todos los médicos se fue atrasando de consulta en consulta, tanto así que la anteúltima que debería ser a las 17:00 horas fue casi a las 18 horas. La última debería haber sido a las 17:30, pero ya eran pasadas las 18:30 y la señora no había llegado, así que se abrió el guardapolvo, se quito los zapatos tomo un refresco de la heladera y se sentó en la sala de espera a que llegue su mujer. Estaba en esto cuando llego agitada la última paciente. El médico le dice que la disculpe, pero que él pensaba que ya no iba a venir, mientras la invita a sentarse y la convida con un poco del mismo refresco que él estaba tomando. La señora se sienta, toma la bebida y le estaba explicando el porque de su demora cuando sienten la llave en la puerta principal y el ginecólogo le dice con cara de susto; "debe ser mi mujer, pronto: ¡desvístase, acuéstese en la camilla y abrase de piernas!".

Nos reímos y yo le conté otro y él otro y así pasamos un buen rato. Hasta que él me dijo "voy a destornillarme de risa".

Le explique que destornillábamos los tornillos, dándolos vueltas y vueltas. Que cuando uno se ríe mucho podría llegar a desternillarse (en sentido figurado), que es romperse "las ternillas" que son los cartílagos de la nariz. Salvo Frankenstein, en la nariz tenemos ternillas no tornillos.