Cuando realizaba el vuelo hacia Barcelona vi pasar en sentido contrario al avión en el que yo iba, a la misma altura y muy cerca otro avión comercial.
El hecho me sorprendió ya que he volado mucho y nuca me había sucedido de ver, como si fuera en una autopista en el cielo, pasar a otro avión en sentido contrario.
El hecho me hizo recordar a los años setentas, cuando estaba de moda ver O.VN.I.s. En aquellos años era fácil dar con alguien que había visto algún platillo volador. Incluso había periodistas que se habían especializado en este rubro, e investigadores científicos (¿?) que analizaban las "evidencias". Hubo documentales, libros, misterios como el Triangulo de las Bermudas (prenda que usada por una mujer se comprendería lo de "triangulo"), películas de Hollywood, series como Los Invasores (curioso nombre) a la cabeza.
Como ustedes sabrán, cuando termino la Segunda Guerra las tensiones entre el norte de America y (en aquella época) la Unión Soviética era muy alta y comenzó lo que se llamo Guerra Fría, que no era mas que un enfrentamiento silencioso caracterizado por una serie de escaramuzas diplomáticas que siempre tuvieron a la Humanidad al borde del peligro máximo.
Esa guerra fría fue el auge de los espías e infiltrados, de los dobles agentes y todo eso de gente que trabajaba para otros intereses.
Este híper-superficial repaso histórico nos ubica un poco en el contexto de la época en donde el miedo se palpaba en todos lados. La literatura y especialmente la de ciencia-ficción norteamericana no se mantuvo al margen de este temor e incertidumbre de "quien es realmente el que esta a nuestro lado".
Paralelamente empezó a crecer la paranoia colectiva de una invasión comunista 'desde adentro" y dentro de esta paranoia la gente se preguntaba "¿Cómo diferenciar a un comunista de alguien que no lo es?". La paranoia fue creciendo y a partir de los años 50 cobro forma de inquisición con el Senador Joe McCarthy en el papel de Torquemada.
McCarthy esta al frente del Comité Especial sobre Actividades Anti-Americanas, comité que se encargó de investigar a diferentes personas para determinar quienes tenían simpatías comunistas. Los que eran encontrados meramente sospechosos iban a parar a las famosas "listas negras". Generalmente bastaba una mera sospecha para integrar la temible lista. En algunos casos se hacía una suerte de "juicio sumario" en la HUAC basándose en tesis absurdas (es famosa la acusación que le hizo el investigador R.E. Stripling al compositor Hanns Eisler "me propongo demostrar que Mr. Eisler es el Karl Marx del comunismo en el campo musical").
La Ciencia-Ficcion no se mantuvo al margen del clima paranoico de la sociedad de la época, así aparecieron obras del tipo Amos de Títeres (The Puppet Masters, 1951) de Robert Heinlein, en donde la tierra es invadida por extraterrestres que ocupan los cuerpos de los ciudadanos, haciendo prácticamente imposible diferenciar "los buenos" de "los malos". Pero también hay una lucha de ideologías entre humanos y extraterrestres, porque los extraterrestres funcionaban como un organismo único, absorbiendo las individualidades de los humanos (recordemos que una de las principales banderas "occidentales" contra "el peligro comunista" se daba en la oposición libertades individuales vs. masificación). La invasión silenciosa llega al cine en 1956 con La invasión de los muertos vivientes (Invasion of the Body Snatchers, 1956), película que tiene más de una similitud con el libro de Heinlein.
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