jueves, 25 de febrero de 2021

Sobre vivir

Como retomar después de una agonía impensable, después que sobreviene ese evento impensable, cuando estamos knock out de pie, en agonía psíquica. ¿Qué hacemos? ¿Nos encadenamos, prisioneros del sufrimiento? ¿O peleamos y volvemos a vivir lo menos mal posible?

Y es que, siempre tenemos al menos un pequeño grado de libertad en donde podemos actuar, no estamos totalmente sometidos a lo que nos quiebra. Porque, ya recibido el golpe que nos abrió la herida, es cierto que no tenemos la total libertad pero también es cierto que está ese pequeño espacio de libertad que decide el no estar sumidos a este evento para siempre.

Dice aquel refrán chino "Que los pájaros de la tristeza vuelen sobre ti, o incluso que se posen, es algo que no puedes evitar. Pero sí que construyan nidos en tu cabeza".

Es como esa astilla que te clava la madera mal pulida, o la espina de una planta, no la podemos evitar, pero luego debemos sacar eso que nos hace mal y esperar a que la herida cicatrice. Así la vida, a su turno, nos lanza puñales, puñales que a veces conseguimos esquivar y otras nos dan de lleno en el centro del alma y nos dejan en vilo. Incluso si sabemos que la vida nos lo va a lanzar y nos va a herir, esto no los hace ni esquivables, ni menos dolorosos. Pero esta en nosotros no desangrarnos en esa herida, quitar ese puñal clavado en nuestra alma y ayudar a que cicatrice.

Nos acechan las cadenas y el dolor. ¿Quién o qué sea nuestro redentor?

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