martes, 13 de marzo de 2007

Petite histoire del SATANIK COCKTEL. Por HP Lovecraft

El carburante está listo. Las manos prestas sacuden enérgicamente la mezcla en estado de gel. Luther, ávido de sangre coctelea y coctelea sin cesar. - ¡A mí, plebeyos ! - clama - ¡Degustad lo que Odin tiene para ustedes!
Primer plebeyo que cae. - Oie cantinero, sirveme lo más fuerte que tengas -. A punto de servirle un pan de trotyl, Luther refrena su enano fascista. Reza a Günther Grass y a su tambor de hojalata. El querría estar en otro lugar, pero los dioses le tenían preparado su destino. Su cóctel.
Degeneración walleriana. Luther junta el inn y el yang en su coctelera. Rápidamente el bien y el mal sintetizan su cara más repugnante, descripta en el Necronomicón: el pudín verde. Lo que vendrá: preparen su mente y no juzgueis a Luther. A veces el destino nos traza caminos que no podemos descular en diez minutos con el Larousse ilustrado.
Ameno domineeee ameno do mi neee ameno do mi neeeeeeeee
No podría ser de otra manera, apocalypticamente, Luther es uno con su coctelera. Sabe que viene la locura, el pandemonio. Pero su mano vierte el pudin verde como empujada por una fuerza sobrenatural.
Continuará

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande LT!!!
sos groso! sabelo!

Herrr Profesorrrr dijo...

Y ustedes, Checho, son mi inspiración. Sepanlon.