sábado, 5 de septiembre de 2009

Sobre Amadeus, sobre Mozart y otros etceteras....

VI

Mozart murió, y murió joven. Aunque no murió como dice el film, en brazos de su rival, Salieri, ya que, entre otras cosas, nunca existió dicha rivalidad.

El caso es que Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart muere el 5 de diciembre de 1791 a los 35 años. Pese a que el film sugiere que fue envenenado, un estudio reciente sugiere que la causa de la muerte fue una infección por estreptococos (http://www.annals.org/cgi/content/abstract/151/4/274). Básicamente, parece que Mozart fue víctima de una infección epidémica por estreptococos ya que además de edema, Mozart tenía dolor de espalda y una erupción, todos síntomas de una infección estreptocócica. El estreptococo a veces va seguido de una enfermedad renal aguda llamada glomerulonefritis poststreptococcal, que explicaría la gran hinchazón que padeció. Por supuesto que se trata de suposiciones, y así hay quien sostiene, también, que padeció fiebre escarlata, que desde una perspectiva etiológica, representa la misma enfermedad.

Pero como decía mas arriba, el caso es que Mozart murió y lo enterraron en una fosa común junto con 16 cuerpos más en el cementerio de San Marx (que por aquellos tiempos era un santo y que hoy es el cementerio ubicado en Erdbergstrasse 6-8, 1030 Wien, Austria) sin mas testigos que los propios sepultureros.


Constanza, su viuda, tal vez por la lluvia, o tal vez demasiado apesadumbrada por la muerte, se toma un tiempito para visitar el cementerio y es así que va allí por primera vez 17 años después, en 1808. Se le hacia difícil encontrar la tumba de su marido, no solo porque había sido enterrado junto a 16 cuerpos mas, y por el tiempo que se tomo en ir allí, sino también porque el cuerpo había sido removido para dar lugar a otros. En el preciso momento que se entera de esto último Constanza no busca su nueva ubicación, ni pide ningún tipo de información y se va.

 

Parece ser que en el momento de aquella remoción del cuerpo, en 1801, o sea 7 años antes de que la viuda se presente, los dos sepultureros aprovecharon para hacerse con el cráneo de uno de los cuerpos allí enterrados que ellos entendían que era el de Mozart. Según cuenta la leyenda del caso, al momento del entierro ellos envolvieron el cuerpo con "hilo de hierro", digamos alambre, para poder distinguirlo mas tarde de los otros cuerpos (todo el tiempo me refiero a cuerpos y no a ataúdes ya que en la época de Mozart para los entierros baratos se usaba unos ataúdes abiertos en un lado para depositar el cadáver y volver a usar el ataúd mas tarde, aunque en el caso de Mozart sin nadie de testigo, lo mas probable es que lo hayan tirado a la fosa sin mas).

 

El cráneo es vendido, prestado, regalado, heredado, y pasa de mano en mano a lo largo de los años. Así es que en el camino es dañado, entre otras cosas pierde su mandíbula, hasta que en 1902 es comprado por la Fundación Mozarteum y expuesto al público, un tiempo y luego archivada.

Sin embargo, y hasta el día de hoy se le han hecho muchísimos análisis sin que se consiga aseverar que ese cráneo es el verdadero cráneo de Mozart.

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