domingo, 3 de junio de 2012

What a wonderful world

Luis Armstrong gustaba mucho fumar cigarrillos de marihuana, no le pesaba en nada ser el embajador cultural norteamericano (muchas giras fueron organizadas por el Departamento de Estado) cubierto de honores, él fumaba marihuana cada día de su vida desde los inicios de los años 20 hasta su muerte en 1971. Y esto no lo hacía en pequeñas cantidades. Incluso milito por la legalización de esta hierba que según él era menos peligrosa y dañina que el alcohol. Salvo una sola vez allí por 1930 (en donde sus relaciones le evitaran 6 meses de prisión y 1.000 dólares de multa) Satchmo continúa fumando sin ser molestado.

Imagínense como se las tendría que arreglar para pasar por tantos lugares en donde se revisa a la gente alguien que como él realizaba muchísimas giras. Hay una anécdota al respecto (a priori autentica, ya que fue contada por diferentes músicos). En los años 50's, estaban de regreso de una gira europea, en el mismo avión viajaba Richard Nixon, por aquel entonces miembro del Congreso. Gran amante del jazz, Nixon reconoce a Luis Armstrong y se sienta a su lado durante el vuelo. Con gran efusión le dice que él lo considera un tesoro nacional y le declara que es su más gran fan.

 Una vez llegado a  Nueva York Nixon le pide a su ídolo si puede serle útil en algo que no dude en pedírselo. Satchmo alegando un dolor de espalda, le pregunta si podría llevarle sus dos estuches de las trompetas, a lo que Nixon se apura a hacer solícito, pasando así por la aduana sin problemas los dos estuches repletos de marihuana.

Y es así que el futuro presidente, que declara la guerra implacable a la droga, sirvió de "mula" a un adepto al cannabis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se puede creer!!! Marley un poroto