sábado, 17 de abril de 2010

Extras (parte 1)

Una curiosidad gracias a la cual di con el boxeador Henry Maske fue que mi soprano favorita cantó A QUESTION OF HONOUR, en el preludio del Campeonato Mundial de Boxe entre Henry Maske y Graciano Rocchigiani. Les recomiendo que lean la letra.

 

http://www.youtube.com/watch?v=_vBYwI_DoZc

 


A Question Of Honour

 

Ebbene? ... N'andrò lontana,
Come va l'eco della pia campana,
Là, fra la neve bianca;
Là, fra le nubi d'or;
Là, dov'è la speranza, la speranza
Il rimpianto, il rimpianto, e il dolor!

Ebbene? ... N'andrò lontana,
Là, dov'è la speranza, la speranza
Il rimpianto
Sola e lontana!

Two men collide
When two men collide, when two men collide
It's a question of honour
Two men collide
When two men collide, when two men collide
It's a question of honour
Two men collide
When two men collide, when two men collide

If you win or you lose,
It's a question of honour
And the way that you choose,
It's a question of honour

I can't tell what's wrong or right
If black is white or day is night
But I know when two men collide
It's a question of honour

If you win or you lose,
It's a question of honour
And the way that you choose,
It's a question of honour
If you win or you lose,
It's a question of honour
And the way that you choose,
It's a question of honour

I can't tell what's wrong or right
If black is white or day is night
I know when two men collide
It's a question of honour

Ebbene? ... N'andrò lontana,
Come l'eco della pia campana,
Là, fra la neve bianca;
Là, fra le nubi d'or;
N'andrò, n'andrò sola e lontana!
E fra le nubi d'or!

 

Una Cuestion de Honor

 

(en italiano)

¿Y entonces? … No ira lejos,

como el eco de la piadosa campana va,

Aquí, entre la nieve blanca;

Aquí, entre las nubes de oro;

¡Aquí, donde esta la esperanza, la esperanza

el pesar, el pesar, y el dolor!

 

¿Y entonces? ... No ira lejos, 

aquí, donde esta la esperanza, la esperanza

el pesar

solo y lejano!

 

(en ingles)

Dos hombres se enfrentan

cuando se enfrentan dos hombres,

es una cuestión de honor de los dos.

 

Cuando chocan dos hombres,

cuando dos hombres chocan

es una cuestión de honor de los hombres que chocan

cuando chocan dos hombres, cuando chocan dos hombres

 

Si uno gana o pierde, 

es una cuestión de honor

y la manera que usted elige, 

es esa la cuestión de honor.

 

No puedo decir qué es incorrecto o correcto

si el negro es blanco, o el día es noche

pero sé que cuándo se enfrentan dos hombres

es una cuestión de honor 

 

Si uno gana o pierde, 

es una cuestión de honor

y de la manera que usted elige, 

es una cuestión de honor

si uno gana o pierde, 

es una cuestión del honor

y la manera que usted elige 

es una cuestión de honor 

 

No puedo decir cuál es incorrecto o derecho

si es negro, es blanco o el día es la noche

pero yo sé que cuándo chocan dos hombres

es una cuestión de honor 

 

¿Y entonces? ... no ira lejos, 

como el eco de la campana piadosa va, 

aquí, entre la mujer del blanco de la nieve;

Aquí, entre las nubes de oro

¡ no ira, no ira solo y lejos!

¡Y entre las nubes de oro!


 

 


En la introducción a los tres artículos de boxe publicados dije que uno puede pelear por muchas razones. Omití decir que la principal es una cuestión de honor. Yo mismo he peleado muchas veces en mas de 20 años de práctica de artes marciales. Recuerdo que me había jurado que podía llegar a perder (porque siempre hay alguien mejor que uno) pero que siempre iba a quedar de pie frente al rival (uno podía llegar a perder, ¡pero con honor!). Lamentablemente, en un torneo del 6 de septiembre de 1979 una dolorosísima patada me dejo tirado en el tatami con un dolor intensísimo en mi pierna derecha. Recuerdo que todo perdió perspectiva, el lugar, el momento las luces, el uuuhhhh del público, incluso la humillación de la derrota. Allí estaba yo, boca abajo, inmóvil de dolor, rompiendo la promesa que me había hecho a mi mismo.

Recuerdo que el árbitro se me acerco muchísimo, hasta el suelo y me pregunto que si podía continuar, mientras yo, compungido no le contestaba nada, solo intentaba contener la intensidad del dolor. El árbitro llamo al médico. Yo, logre articular unas palabras. Le dije "me retiro. Ayúdeme a pararme y cierre el combate".  Así lo hizo y yo, parado solo sobre mi pierna izquierda hice el saludo oficial al rival y luego al jurado. Mi rival comenzó a saltar y a gritar festejando su victoria. A mi el médico me llevo al vestuario, donde no estaba mi Sensei, ni mis compañeros de dojo, ni ese público formado por familiares y amigos que aullaban en victorias estridentes de otros torneos. Para ellos era una situación menor.

 

Recuerdo que en ese momento, pero también a menudo me entristecía apreciar lo inmenso del abismo que me separaba de mis héroes, de esos héroes modernos que da el deporte (y para mí en aquella época, salvo Vilas, del deporte de combate). Tales héroes (aunque quizás no sea este el término que debería emplear) poseían todo: velocidad, calidad, técnica, y sobre todo el invicto y la palabra prometida. Poseían el amor de su público. Y ganar era la vida cotidiana.

Todo de lo que yo no llegaba a acopiar suficientes cantidades. Parecían capaces de atrapar en el aire esos instantes que pasan demasiado súbitamente para otros (para mi), y convertirlos en momentos gloriosos con una exactitud tan satisfactoria que solo aumentaba el abismo que nos separaba.

Pero en aquel vestuario, me pareció entender, o comenzar a vislumbrar, la idea de honor y las razones por las que uno se metía en estas lides de torneos. Años después, esta misma búsqueda fue la que me alejo definitivamente de torneos y a profundizar en el arte marcial, dejando definitivamente el deporte de combate.

 

Porque, básicamente, comprendí que lo más importante no es el aparente objetivo, sino el gesto, o la suma de gestos, que se hace para conseguir ese objetivo: esa adición de gestos da por resultado lo que podriamos deniminar "una cuestión de honor".

 

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