La idea del arco fue de Napoleón, al principio de su (digámoslo así) reinado y debería ser para rendir gloria a la armada imperial y, por supuesto, a su jefe, o sea a él mismo. Esto vendría a ser hacia 1804, de allí pasaron dos años hasta que se coloco la primera piedra, lo que denunciaba ya una velocidad de construcción bastante lenta. Y así fue, el Arco del Triunfo se inauguró 30 años después (matemáticas mediante) en 1836. En esta inauguración el arco fue dedicado a todas las armadas francesas desde 1789 a 1815. Así, quien fuera proclamado rey de los franceses por gracia de las barricadas, y no de Dios, querrá inaugurar el monumento el día del aniversario de la revolución de 1830, aunque el 29 de julio de 1836 solo estaría el presidente del Consejo debido a las amenazas de atentados.
Un somero vistazo en la historia francesa y universal de 1806 a 1836 les dará una idea de la cantidad de movimientos trascendentes que padeció la historia por esos años. Reino, revolución, Imperio…. Y sin embargo la construcción del Arco continuó.
Muchos de los lectores de este blog visitaron dicho monumento, muchos con migo, les conté algunas historias del mismo, pero la gran revelación que no les hice (yo soy así) es, ¿la posición del Arco es casual?
A los que se apuren en contestar que no y agreguen como respuesta que Miterrand pidió un alineamiento con el Arc de la Défense y que se continúe la misma línea derecha de Champs Elisée, les diré que no esta mal, pero es una explicación dada a turistas y a demás ciudadanos que solo esperan respuestas banales. Hay mas, algo mucho mas interesante detrás de la posición del Arc du Triomphe, revelación que pasare a hacer a los informados lectores de Vesalius.
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