sábado, 31 de marzo de 2012

Tomar desiciones que repercutan en nuestra felicidad

Durante el curso de « toma de decisiones » en aquellos pretéritos años de facultad, recuerdo que el profesor dijo que la primer regla cuando se toman decisiones sobre algo aleatorio es que los sucesos cuya probabilidad es baja deben ser desestimados y en voz mas baja subrayo : es una regla muy sencilla.

Personalmente no sigo esa regla y creo que nadie lo hace.

Un buen ejemplo son los sorteos y las lotería. Miles de optimistas tenemos la firme confianza que vamos a ganar. Pero la probabilidad de acertar con la combinacion de números ideal y ganar es exageradamente chica.

Por ejemplo en un juego en donde se selecciona seis números distintos entre 1 y 49 dar con los seis números ganadores es de 1 entre 14 millones.

Debemos reconocer que una posibilidad entre 14 millones es una probabilidad demasiado chica. Para ponerla en contexto, es 1000 veces más probable que uno muera en un accidente de coche este año. De hecho, se tiene más posibilidades de morir en un accidente de coche llendo a jugar a la lotería. Es más, si uno comprase un billete por semana, las posibilidades de ganar el premio seria menos de una vez cada 250.000 años. (En realidad estadísticamente existen formas de mejorar las posibilidades, formas que ya les comentare mas adelante).

Todo esto no seria muy grave, si no fuera porque estas preocupaciones por acontecimientos de muy baja probabilidad nos lleva a tomar malas decisiones, a sufrir estrés y, en síntesis, a ser infelices en la vida.

 

Me refiero a que la gente teme por cosas que son improbables, por ejemplo, las causas de muertes. La gente teme que un loco la ataque en la calle o entre en su casa y en contra partida pocos prestan atención al conducir sus vehículos, cuando en realidad las víctimas de los medios de transporte son muchisimo mas que las muertes por causa de un homicidio. Incluso, mas que las producidas por accidentes aéreos, ahogamiento, o por incendio.

Y hablando de homicidios, hay mas muerte por año de enfermedades cardiovasculares y cancer que por acesinatos, y sin embargo pocos toman precausiones para prevenir la muerte por enfermedad cardiovascular o despistaje temprano del cáncer (ni hablemos de la perención del cáncer de pulmón). Porque si la muerte por estas causas le importara a la gente harian ejercicio, comerían bien y dejarían de fumar para evitarlas. Es mucho más lógico cuidar tu salud que preocuparte por si te asesinan, no ? Pero si pese a todo temes al asesinato, mas que tener miedo en la calle o cerrar la puerta con 4 trabas tiene más sentido temer a un familiar que a un desconocido, porque hay más homicidios cometidos por familiares que cometidos por desconocidos.

Sobreestimar la probabilidad de sucesos muy improbables puede tener consecuencias graves para la salud, tanto personalmente como socialmente.

Me pregunto ¿Por qué la gente teme mas a cosas improbables que a otras mas factibles? Porque no prestan atención a su salud, a su forma de conducir ?

Comencé este articulo contándoles como enseñaban en la facultad « toma de decisiones ». Yo lo llevo a mi actividad habitual de conducir a diario. Y allí obtengo otro tópico : desestimar lo realmente improbable es una manera sensata y racional de plantearse las decisiones, pero cuando dependen vidas de eso no lo podemos llevar esta idea a extremos porque caeremos en la imprudencia o la negligencia.

Por ejemplo, ¿debemos molestarnos en ponernos el cinturón de seguridad en el coche o llevar casco al ir en bicicleta cuando la probabilidad de tener un accidente en un trayecto de diez minutos es tan pequeña? La respuesta es que sí pero no sólo porque las leyes lo exijan. Nosotros haremos muchos viajes diferentes en coche y en bicicleta. La probabilidad de accidente alguna vez no resulta inconcebible y no cabe dejarla de lado sin correr un riesgo. Olvidarse el cinturón una o dos veces probablemente no importe demasiado, pero no usarlo nunca es llamar a los problemas. Por otro lado, ponerse el cinturón o el casco exige poco esfuerzo.

Pero vayamos un poco mas allá y liguemoslo con la falacia del continuo ¿Debemos votar pese a que es muy improbable que nuestro voto cambie algo las cosas? ¿Deberíamos molestarnos en reciclar o no tirar basura cuando un poco más de basura no tiene mucho impacto? Por supuesto que si muchas personas votan conseguiremos un gobierno más representativo (aquí nos podemos sentar a discutir un buen rato, pero supongamos que somos gente de fe); si muchos reciclan crearemos un mundo más limpio y verde. Porque el caso es que si muchas personas realizan una acción nos beneficia a todos, pero si sólo una persona realiza la misma acción se causa molestias a sí misma sin tener muchas oportunidades de beneficiar a nadie

 

O sea que para mejorar la teoría de tomas de decisiones, se podría decir que se deben desestimar sucesos extremadamente improbables discriminando racionalmente los mismos, porque no podemos dejar que una baja probabilidad nos convenza de no tomar medidas de seguridad sencillas y de bajo costo, o realizar acciones positivas, teniendo siempre la esperanza de que otros nos sigan en el mismo camino y así hacer un mundo mejor y vivir mas felices.

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