domingo, 1 de abril de 2012

Guerras animales

Siempre me gusto las películas del Planeta de los Simios. Mi mujer no compartio jamas este gusto y soporto cada vez que yo re-vi el  film con paciencia. Cuando salio la nueva versión fue ella la que me propuso ir a verla, mas que por placer personal por complacerme. Y es que mi mujer ama y conoce muy bien el mundo animal, que estudio de forma amateur desde chiquita. A la salida del cine, ambos estábamos decepcionados.
Por mi parte, yo no entiendo porque se supone que toda  civilización tiene que tener un ejército. Para el ser humano esto es tan obvio que lo hace extensivo a civilizaciones no humanas, como en este caso a los simios. Mi mujer me señala a este respecto que « el líder, bastante cruel, tiene el aspecto de chimpancé bípedo (aunque debe tener un olor a cucha de perro) los gorilas son retratados como lerdos y obedientes, el orangután es un tratante de esclavos, y los bonobos, que se caracterizan por su promiscuidad, no aparecen. Esto debe ser porque el cine siempre se ha sentido más cómodo con la violencia que con el sexo ».
Y es cierto que la violencia impera en esta película. Pero no hay nada menos cierto que los ejércitos de monos que aparecen en la pantalla. El tema es que los primates carecen del adoctrinamiento, la estructura de mando y la sincronización que emplea la malicia humana para intimidar al enemigo. Puesto que la coordinación estrecha conlleva a una disciplina absoluta, nada resulta tan aterrador como un ejército bien entrenado. Como el primer ejercito (llamemoslo profesional) de la historia de la humanidad, reflejado por Herodoto en « 300 espartanos », ver http://vesaliusnotdead.blogspot.fr/2007/11/300.html ).
Aparte de nosotros, los únicos animales que cuentan con ejércitos son las hormigas, aunque carecen de una estructura de mando.
Puesto que los debates sobre la agresividad humana invariablemente giran en torno a la guerra, la estructura de mando de los ejércitos debería hacernos pensarlo dos veces antes de trazar paralelismos con la agresión animal. Aunque es comprensible que sus víctimas vean las invasiones militares como una agresión y una cosa salvaje digna de animales, ¿quién dice que el ánimo de los perpetradores es agresivo? ¿O acaso las guerras se derivan de la ira?
Yo creo que las mas de las veces (sino todas) los líderes tienen motivos económicos o políticos (sean estos de política exterior o interior), o se escudan en la defensa propia. Mas abajo de los lideres, los generales obedecen órdenes, y los soldados rasos pueden no tener ningunas ganas de dejar su casa. Ya Napoleón había observado que "Un soldado luchará larga y duramente por un trozo de cinta coloreada y un pedazo de metal que decore su uniforme". No creo que sea una exageración decir que la mayoría de la gente en la mayoría de las guerras se ha movilizado por algo distinto de la ira o la agresión animal. La guerra humana es sistemática y fría.
La identificación grupal, la xenofobia y el conflicto letal, son tendencias que se dan en la naturaleza, pero se combinaron solo en los humanos con nuestra desarrollada capacidad de planificación para "elevar" la violencia humana a su nivel inhumano.
Recuerdo que Borges decía que para argentinos, los uruguayos. O sea, él sostenia que no tenia mucho en común con un argentino si él era un indio coya en la Puna de Atacama, pero tenia todo en común con un uruguayo de Montevideo. Coincido en esto, recuerdo que allí por el 77 Argentina entro en conflicto con Chile por el desacuerdo del Canal de Beagle. Estando yo en Ushuaia volaba en un pequeño Piper cuatro plazas de alquiler. El piloto me observo que no podíamos acercarnos a la frontera, y me contó que era raro, porque en la Isla Grande de Tierra del Fuego todos eran isleños, pero solo hacia falta que a 3.000 kilómetros de allí, en la Capital alguien dijera que los chilenos eran nuestros enemigos para que ir a pegarle al vecino con el que ayer había compartido la cena. Y el caso es, y esto si es cierto, que como los chimpancés, la gente es altamente territorial y valora menos la vida de los extraños que la de los miembros de su grupo.
Es siempre, de alguna forma, la historia del Señor de los Anillos, en donde los enemigos son orcos feos y monstruos, hechos con barro y porquerías, que no despiertan ninguna piedad. Un capitán Ingles, que combatió en Malvinas, contó que tuvo una anecdota shockeante, en medio del combate se encontró con un soldado argentino gravemente herido y desangrandose. El soldado lo miro y le dijo en perfecto ingles « porque ?, porque nos hacen esto ? ». El capitán ingles se quebró en llanto contando la anecdota y solo alcanzo a balbucear « si solo no hubiera hablado en ingles ! ». Y es que es así, los del otro bando son tan humanos como nosotros, y no son animales, ellos no son capaces de hacer cosas como esas.

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