domingo, 11 de noviembre de 2012

A cada chancho le llega su San Martin

También hay que ubicarse en una época en donde los animales no ocupaban el mismo lugar que hoy en día y en donde los conocimientos sobre los mismos se obtenían (como hoy) de distintas fuentes que el oyente consideraba creíbles. Hoy está la internet, la radio y la televisión para crear nuevos mitos, a veces con intoxicación informativa.

En Francia, en la Edad Media, los animales también eran llevados a los tribunales acusados de delitos y se les llevaba adelante un juicio con todas las de la Ley y dependiendo de ese juicio condenadas o no. De esta forma, el animal acusado era encarcelado, se llevaba adelante una investigación, se escuchaban a los testigos y se dictaba una sentencia.

Así hay registros de un proceso a un cerdo que fue acusado de devorar un chico, y como sentencia se lo condeno a quemarse vivo. Hubo muchos gatos negros acusados de brujería y (en cuanto a la justicia Divina) la Iglesia excomulga a saltamontes, orugas y ratas por haber devastado cosechas.

Habría que aclarar que en aquella época los cerdos y cerdas corrían en libertad por las calles de los pueblos y que el cerdo es un animal omnívoro y que pesa más de 100 kilos. El accidente de que un cerdo aproveche algún descuido de un adulto para comerse a un chico no sería raro. Si esto sucedía, como ya se dijo, se procedía civilizadamente y se recurría a la vía criminal. Se encarcelaba al delincuente, o sea al animal, el fiscal llevaba la causa de oficio y requería la caratula de culpable para la bestia. Se hacia la audición, se escuchaba la deposición de los testigos… y si el animal era encontrado culpable se lo condenaba a la ahorca, a ser estrangulado, a ser colgado por sus paras traseras a dos metros de altura en un roble, o a lo que se acostumbrase en la región.

Los juicios y las sentencias se hacían de manera seria, deliberada y pronunciadas con solemnidad. La ejecución era también solemne y algunas veces el animal a ejecutar aparecía vestido de hombre.

Aunque esto de lo que les hablo paso hace algunos siglos, hace unos meses en la isla de Bali, un hombre fue sorprendido en pleno acto con una encantadora vaca del pueblo. El hombre es arrestado (se sospecha el no consentimiento de la vaca) y cae sobre él una pesada sentencia, para hacerse perdonar ese acto humillante debe casarse con la vaca.

Pese a que el hombre se defendió diciendo que fue la vaca la que lo sedujo y le tendió la trampa en la que él cayó, los jueces no dieron lugar y lo condenaron a casarse.

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