sábado, 22 de agosto de 2009

Sobre Amadeus, sobre Mozart y otros etceteras..

III

Hoy en día nos es de lo mas común ver frente a una orquesta a un director, y es por eso que no nos llama la atención ver en el film a Mozart dirigiendo. Pero el trabajo de director de orquesta tal y como lo conocemos tomo su forma alrededor del siglo XIX, y como Mozart murió en 1791 parase difícil que "dirigiera" dando indicaciones como lo hacen hoy en día los directores modernos. Aquí, quisiera abrir un paréntesis para hablar un poquito sobre el director de orquesta y su evolución que juzgo interesante para los ávidos lectores vesaliunenses y si bien "me abro" un tanto del tema insisto con que es interesante dar un pequeño pantallazo para, de paso, explicar para que sirve ese individuo que llega siempre tarde, cuando ya están todos los músicos y el publico esperando; que se lleva todos los aplausos y al final, las ovaciones y demás "bravos!" son para él quien en un acto de generosidad (a veces) ordena a los músicos que se pongan de pie para compartir la gloria.

 

 

Haciendo un poco de historia, les cuento que por aquellos tiempos las orquestas eran dirigidas generalmente por el compositor de la obra que se estaba ejecutando y en general lo realizaba desde el clavicémbalo. La importancia de este era que conocía perfectamente la obra y las intenciones del autor ya que era él mismo.

¿Por qué la importancia de que el autor o alguien que conozca bien al autor y la obra dirija? Porque generalmente la partitura usa términos que se prestan a distintos grados de ambigüedad que (como toda ambigüedad) esta sujeta a la interpretación de quien la lee. Por ejemplo la partitura dice rubato, allegro o forte. Rubato (que mi mujer me aclara que en italiano quiere decir "robado" y que yo debería escribir "tempo rubato") en música es el acelerar o el desacelerar ligeramente el tempo de una pieza. Imaginen ustedes a una orquesta y cada músico con su idea de tempo a desacelerar o a acelerar. Bien, como una de las funciones del director de orquesta es llevar el tempo, todos están coordinados. El director indica también las entradas de grupos de instrumentos, o solo instrumentos, y los acentos dinámicos de la obra (por ejemplo la indicación forte).

 

En la época de Mozart en ausencia del compositor la dirección de la orquesta estaba a cargo del clavecinista o del primer violín, colocando sobre su propio atril una pequeña partitura condensada en la cual se indicaba cuales eran las principales líneas de la melodía y un acompañamiento. El caso es que con el tiempo las obras fueron aumentando su complejidad, y la música fue buscando más expresión, así, la música deja de ser absolutamente pura y comienzan a aparecer símbolos de todas clases. Quien dirige debe asumir cada vez tareas más y más complejas. También comienza a aumentar el número de músicos que participaban, y como queda bastante mal que el primer violín le chifle o ande a los gritos levantándose cada vez, fue necesario introducir la figura de un músico que no tocase ningún instrumento para poder ocuparse solamente de la concertación y la coordinación de los intérpretes, leyendo una partitura completa y dando a los músicos indicaciones gestuales, verbales y auditivas.

 

Ciertamente, hay escenas en la que Mozart hace esto desde el clave. Pero en la época, el clave marcaba el ritmo a veces con un rollo de papel (en las mas de las ocasiones era una partitura enrollada) y muchas otras se dirigía golpeando el ritmo en el suelo con un gran bastón de dirección. Y si hablamos de los primeros directores de orquesta de la época debo hacer mención a, Jean-Baptiste Lully, no solo porque es el primer director de orquesta famoso, sino porque fue también el primero en morir ejerciendo esta profesión. Lully marcaba el tiempo golpeando con un bastón muy largo el piso del escenario como se usaba por aquellos años. En un descuido, mientras conducía su Te Deum, se hirió el pie y su herida degeneró en una tremenda infección.
Cuando los médicos le sugirieron que para salvarse deberían amputarle el pie, prefirió probar con los remedios de un charlatán de aquella época, que al igual que hoy en día, si uno confía mas en ellos que en la ciencia medica termina, obviamente, conducido con rapidez e inconciencia a la muerte.

Es curioso que esto le haya sucedido mientras dirigía el Te Deum, ya que es un himno religioso en el que se expresan loas al Señor, como lo insinúa su titulo; Te Deum laudamus.

No se si fue a causa de este trágico suceso o por la cantidad de veces que el primer violín usaba su arco para dar indicaciones, pero ese gran bastón se fue achicando hasta convertidse en un palo, o mejor aun una barita blanca generalmente con mango rojo, llamada batuta. Morir hoy herido por este elemento resulta bastante más difícil.

 

Volviendo al tema, observaran la suma importancia del director de orquesta y lo imprescindible de su absoluto conocimiento de la obra y de lo que quería expresar el autor. Se dice por esto que ninguna versión de una pieza es igual a otra.

La relación entre el director de orquesta y el autor es extremadamente estrecha. Normalmente el director se interesa por conocer bien no solo la obra que dirigirá sino también al mismo compositor: sus gustos, conocimientos musicales y maestría, ya que uno puede considerar que es esencial para una ejecución de calidad.

Así, pues, la tarea del director de orquesta se inicia con el primer contacto con la partitura, donde encuentra los detalles que señala el compositor. El problema es que hay muchas partituras donde hay errores; muchas veces debido a un error de imprenta, y de allí que constantemente, los grandes directores, consulten los manuscritos originales de las composiciones. Hoy existen sociedades internacionales que se dedican a publicar versiones nuevas de obras archiconocidas, de acuerdo a la intención original del autor.

 

Hoy en día, el director de orquesta es reconocido como un verdadero divo. Las discográficas y los teatros se, pelean por los mas importantes que a la vez cobran sueldos millonarios. Esto es obvio, y a nadie escapa que muchas orquestas alcanzan su prestigio gracias a la figura del director. Allí esta por ejemplo Daniel Barenboim o Herbert Von Karajan (no nombro a estos dos directores ni al azar, ni inocentemente, sino porque me van a servir para otro tema que prontamente desarrollare y es la pregunta ¿Por qué debe ser juzgado un artista de máximo nivel? ¿Por su arte? ¿Por lo que es en la vida?.....)

 

Para que disfruten este fin de semana, les dejo un link del (para mi) mejor director de orquesta de Beethoven http://www.youtube.com/watch?v=O2AEaQJuKDY&eurl=http%3A%2F%2Faam%2Eblogcindario%2Ecom%2F&feature=player_embedded

 

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