domingo, 28 de marzo de 2010

segunda parte

Estamos a principio de siglo, del siglo pasado y vemos a un chico que es bastante peleador cosa de la que sus compañeritos de barrio pueden dar fé. A los 10 años de edad, luego de pelearse en la calle es sorprendido por el director del gimnasio del barrio, monsieur François Descamps, quien en vez de retarlo por la pelea le remarca su eficacidad en el combate y lo incita a entrenarse en algún deporte combativo, sea rugby o boxeo.

El chico comienza a ir al gimnasio y lo inician en las artes del box, pero también le enseñan a hacer malabares y acrobacias, le hablan mucho de ser humilde, de respetar al prójimo, de solo pelearse en el gimnasio, de hacerlo como un deporte.

 

El chico demuestra ser un dotado para el combate y es muy, muy hábil en este terreno. Pero también es aplicado, tiene rigor y disciplina. Sobre el ring es rápido y de reflejos excelentes. La velocidad con la que progresa asombra a los profesores que se animan a que participe en torneos de box. Así, con tan solo 12 años gana el titulo europeo. Al año siguiente disputa su primer combate de box ingles (George es francés y sus profesores le habían enseñado el boxeo francés) y esta pelea es determinante en la vida de George, al sonar la campana del final de la pelea ya sabe cual será su destino.

 

Siendo solo un adolescente de 16 años es el Campeón de Francia y no solo eso: entre octubre de 1911 y junio de 1913 conquista 5 títulos de Campeón de Europa como semi-pesado. Su secreto es una derecha letal. Cuando lanza toda la carga de su brazo derecho y lo hace estrellar contra el rostro de sus rivales sabe que de allí no se levantaran.

 

A fines de diciembre de 1913 le llega la gran pelea que definirá las cosas, el quien es quien, la  verdad de donde esta parado: debe enfrentar al bombardero de la armada de la India, el británico Billy Wells. La pelea fue muy publicitada y el público asistió en masa para ver la masacre del bombardero que iba a desplegar su artillería sobre la humanidad de un muchachito francés de 19 añitos que quería hacer un deporte de hombres ingleses. El campanazo inicial los lanza al centro del ring ante el griterío general. Bombardero Wells ensaya algunos golpes que son esquivados por los rápidos reflejos de Carpentier, pero en el segundo 72 todo pasa muy rápido en la cabeza de George: Billy Wells le lanza un golpe que George esquiva, quedando en posición perfecta para lanzar su derecha a la mandíbula desprotegida de Wells y en el segundo 73 "El Gran Bombardero Billy Wells" esta Knock Out en el suelo, donde le hacen la cuenta hasta 10 sin ninguna reacción. George Carpentier levanta los brazos ante el fervor de la multitud que lo aclama histérica, y mientras mira al público en el medio de todo el griterío sabe que con tan solo 19 años Europa le pertenece y el Mundo le esta tendiendo los brazos. Al día siguiente es nombrado por la prensa como "el hombre, sin armas, mas peligroso del mundo".

 

6 meses después el archiduque François-Ferdinand, heredero del trono Habsbourg del imperio austrohúngaro es asesinado en Sarajevo. George Carpentier no queda ajeno a la Guerra de todas las Guerras y se enrola en la armada del aire, sin escuchar consejos. En la armada intentan protegerlo de entrar en combate ya que era más valioso como símbolo que muerto, pero él se anota como voluntario en todas las misiones que puede. Así, piloto emérito, participó en todas las ofensivas del otoño de 1916. Cumple misiones heroicas y es condecorado por su heroísmo dos veces una con la Croix de Guerre y otra con la Médaille Militaire. Pero en 1917 es herido y quitado de la acción bélica.

 

Termina la guerra y George no tiene mejor idea que recomenzar los entrenamientos nada mas y nada menos que para ir en busca de lo que el destino le prometió antes de la Gran Guerra. Y así es como, aunque parezca increíble, en 1920 gana el tan ansiado título "prometido" de Campeón del Mundo de los semi-pesados eliminando a Battling Levinsky en 4 rounds (el tiempo que le tomó conectar su famosa derecha) y con esto inscribe en la historia de Francia el hecho de traer el primer cinturón mundial ganado por un francés.

 

George Carpentier es agasajado por reyes, duques y todo tipo de nobles. Chalie Chaplin declara públicamente su admiración, el escultor Paul Landowski lo inmortaliza esculpiéndole una estatua: Le Pugiliste. Inglaterra lo aclama, EEUU lo respeta y Francia lo idolatra. ¿Por qué? Posiblemente porque a sus cualidades de deportista se le agregan las de gentleman, sobre y fuera del ring, porque siempre permanece humilde y agradecido, porque a causa de la guerra había quedado embebido de las virtudes del patriotismo y del honor en todo momento.

Era una persona que pensaba y decía cosas inteligentes, en un reportaje que le hicieron en la sima de la gloria, ante la pregunta de que iba a hacer ahora él respondió que siempre había nuevos desafíos, "un verdadero campeón busca siempre empujar un poco más los muros que lo aprisionan".

 

Esta última declaración en el reportaje estaba referida a un objetivo, la corona suprema que aun le faltaba a George Carpentier, la más prestigiosa, la mas reconocida, esa que permite entrar en la historia o de solo quedar golpeando la puerta: el Cinturón de Campeón del mundo de pesos pesados.

 

Poco después declaraba a la prensa norteamericana que "el detentor de ese titulo es, junto con el Papa, la persona mas conocida del mundo". Esta corona de la persona mas conocida del mundo (la de box) era la que detentaba Jack Dempsey. El mismo Jack Dempsey que fuera arrojado fuera del ring por los puños de "el toro salvaje de las Pampas" Luis Angel Firpo, cuando el argentino le asesto un certero golpe que no solo lo tiro al suelo, sino que cayo fuera del ring y estuvo mas de 17 segundos fuera de la pelea (lo que hubiera merecido ser la victoria de Firpo si se hubiese hecho la cuenta reglamentaria hasta 10).

 

Georges Carpentiers va con su manager, François Descamps que si se acuerdan bien de las primeras líneas, es quien lo vio de chiquito y lo incito a hacer boxeo. Bien él queda como manager de Carpentiers durante toda su carrera (1908-1926) sin ningún otro contrato más que la palabra dada. Increíble, ¿no? No firmaron nada y siempre se arreglaron para repartir la comisión. ¡De otro mundo!.

 

Se construye especialmente para el evento una gran arena con capacidad para más de 90.000 espectadores. Estadio que no servirá más que una sola vez: solo para esta pelea.

George Carpentier llega a los EEUU acompañado de Descamps y de Fliper (su perro) y se entrena a unos 40 kilómetros de New York, en privado. Por el otro lado, Dempsey se entrena frente al público, y posa ante la prensa a diario, volviendo la pelea cada vez más mediática.

 

Georges Carpentiers es por mucho el favorito, incluso pese a no ser un peso pesado natural (pesaba solo 78 kilos cuando para ser peso pesado hay que superar los 79) y Dempsay con su metro 82 era un coloso de 85 kilos. En un sondaje previo que se hizo dio que sobre 52.000 fanáticos del boxeo encuestados 49.000 le daban la victoria a Carpentier. Tal era la diferencia para cualquier conocedor de boxeo. Incluso había periodistas que se aventuraban a adelantar la victoria.

 

Pero Dempsey era un norteamericano en Norteamérica y no podía perder. De ser eso posible, Firpo lo hubiese hecho.

 

La noche del combate llega y allí están sentados Henry Ford, Charlie Chaplin, y demás celebridades. La venta de entradas alcanzo cifras record y por la primera vez en la historia del deporte se supera el millón de dólares en entradas vendidas y por primera vez, también, el combate es retransmitido en directo a través de todos los EEUU. Hubo 570 periodistas de todo el mundo que se dieron cita allí para la pelea. En Paris, los teatros y los music-halls habían previsto ir informando al público sobre la pelea…

 

En el segundo round Norteamérica teme lo peor de su campeón: Dempsey se acerca para trabajar la "semi distancia" y hacer valer su fuerza, pero al acercarse se pone al alcance de Carpentier, quien lo alcanza con su derecha lastimando al campeón del mundo en el pómulo derecho. Dempsey retrocede en una nube de confusión. Lamentablemente, mientras Dempsey retrocedía mareado y tambaleante Carpentier no puede encadenar la seguidilla de golpes que correspondería porque siente un profundísimo dolor en la mano derecha. En esta acción se quebró su mano derecha.

Carpentier no tira la esponja y presenta batalla con su mano izquierda (como cuando de chico uno fanfarroneaba diciendo "a vos te peleo con la mano izquierda solamente"). El público comienza a sombrarse de Carpentier que con reflejos increíbles esquivaba golpes del campeón del mundo. Pese a eso Dempsey iba ganando round tras round.

Quinto round: Carpentiers esta haciendo una tarea titánica, pero ya absorbió demasiados golpes. Su exhibición no puede durar. Demsey le arroja golpes sin cesar, hasta que le "emboca" uno en pleno pecho. Carpentier cae lucido y se levanta. Ni bien lo hace Dempsey le acierta otro golpe durísimo. Carpentier cae K.-O. Dempsey conserva el cinturon de campeón del mundo.

Luego de la pelea Dempsey declara "en el segundo round me golpeo muy fuerte y no sabia donde estaba" (…) "jamás vi un boxeador tan bueno" …" si hubiese tenido unos kilos mas estaría ahora en mi lugar y seria el mejor campeón de la historia de los pesos pesados".

 

Dempsey campeón y Carpentier derrotado. Sin embargo toda la prensa solo habla de Carpertier y lo ensalza en elogios. En el WORLD el periodista dice "solo la potencia debido a la diferencia de peso le dio la victoria a Dempsey. Carpentier demostró ser un maestro en el combate dando clases en cada round, una inteligencia a la que su cuerpo responde instantáneamente, con una rapidez y una potencia asombrosa". El New York escribió "desde el punto de vista del box, Carpentier fue infinitamente superior, quien los hubiese visto sobre el ring habría dicho que era un profesor con un alumno mas bien tierno". La admiración y el respeto por Carpentier, incluso con esta derrota, se mantiene intacta.

 

George Carpentier arriba a Paris el 23 de julio, solo, con una valija de tela en una mano y Fliper de la correa en la otra mano vendada. Baja cabizbajo, cuando es sorprendido por una multitud que lo aclama como un héroe. En esos años, se perdonaba no haber ganado si el héroe había hecho lo que corresponde, y Carpentier había mantenido el honor en la derrota.