sábado, 21 de agosto de 2010

Lo falso (parte III)

Dentro de las cosas falsas uno podría hablar de la gente falsa, de la pirita de cobre, de instrumentos falsos, falsos positivos, falsete, plagio y un sin número de formas en que la naturaleza o el hombre intenta engañarnos y que creamos que algo es original cuando en realidad es mera imitación, sea esta burda o refinada.

 

Como mi idea no es profundizar en este tema sino solo darles casos de asombrosos falsificadores (o sea, hacedores de lo falso) no voy a prolongar mucho esta cuestión entrando en otros terrenos.

 

En Argentina también hubo buenos imitadores de originales (y no hablemos de la música). Recuerdo que visitando el Museo del Fin del Mundo en Ushuaia vi con asombro como un preso (Ushuaia era una prisión de reincidentes y presos peligrosos) había escrito el himno nacional en un fósforo. Una persona realmente paciente y detallista, realmente impresiona ver la obra terminada. Con esas características y habilidades no me cabe duda que se trataba de un falsificador, tal vez muy bueno en su arte, pero algo le debe haber fallado. Y es que en los falsificadores de moneda todo tiene que ser exactamente igual, y por supuesto en esto también se incluye los colores, las tintas.

 

En Ramos Mejia (provincia de Buenos Aires) vivió un legítimo portador del título "mejor falsificador". Ayudado por los constantes cambios de moneda nacional del país debido a la serie interminable de devaluaciones, Héctor Fernández comenzó, en 1986, a falsificar los Australes. Falsificaciones estas que eran tan pero tan buenas que se dice que eran más originales que los del Banco Central. Los policías de la División Falsificación de Moneda lo bautizaron "el Artista" porque sus billetes eran una "obra de arte". Los jueces que tomaron su caso lo elogiaron por la calidad de sus billetes, que parecían verdaderos. En la cárcel de Ezeiza fue idolatrado por sus compañeros. Algunos le propusieron "hacer negocios" pero Héctor Fernández les dijo que le temblaban las manos, posiblemente para sacárselos de encima y no trabajar para nadie.

 

Yo me entere de este caso por una situación muy particular. Un cliente (una imprenta) me había pedido que vaya al local de un proveedor a comprar un tipo de tinta muy especial. Me dijeron "lleva tus documentos". Cuando llegue cumplieron con la formalidad de pedirme documentos y tomaron nota. Luego bromearon diciéndome "no vas a hacer dólares falsos vos, ¿no?". Y a renglón siguiente el tipo me comento con pasión e idolatría la historia de un tal Héctor Fernández, que compraba tinta muy especial allí. Me comento que el tipo era pintor, y que era muy simpático, amable y algo tímido. 

Mientras preparaban mi pedido el tipo me siguió contando que "Héctor era muy detallista, y cuidadoso, el pobre cayo siempre por culpa de los otros. Primero por culpa del dueño de Pinar de Rocha, se comió cuatro años. Parece que hubo algún kilombo con la novia de este tipo y encontraron dos millones de dólares en el sótano del boliche. Como el dueño no podía justificar nada lo mando preso y así lo agarraron".

 

Como ya habían terminado de embalar mi pedido pero la historia me intereso y la pasión del narrador no aflojaba, seguí allí un rato mas escuchando.

 

Me contó que incluso algún comisario lo torturo para que le haga billetes para él, y luego agrego una ironía, o una contradicción "pero Héctor no aflojo, como iba a agarrar si Héctor era un tipo derecho". Me dijo que los Australes que hacia eran tan buenos que la Casa de la Moneda no podía diferenciar los falsos de los buenos, así que dictaminó que sus billetes falsos eran auténticos originales y así el tipo quedo en libertad. Pero no solo falsifico plata argentina, también se dedico a falsificar dólares. Según él mismo declaro, falsifico más de 5 millones de dólares, pero no había ningún contador que lleve los asientos de la producción, claro. Él mismo confeso que en 1991 falsifico 2 millones de dólares en 3 meses, incluso agrego detalles, como que la bolsa con toda la plata pesaba 22 kilos y que para que los billetes olieran como los buenos (el tipo estaba en todo) le ponía grasa de cerdo.

La última vez que cayo el material encontrado era tan bueno que enviaron muestras a los EEUU para que los analicen con la respuesta oficial de los peritos del norte diciendo que la moneda cuya falsificación se pretendió alcanzaba un grado de perfección que hasta sorprende al personal mas avezado en el tema.

 

Frente a sus captores y en el juicio se defendió diciendo que "nunca le pegué a nadie ni disparé un arma y nunca estafé a un pobre".

 

 

Otro caso increíble de falsificadores es la Operación Krüger que fue una de las más grandes y exitosas operaciones de falsificación amparadas por régimen nazi. El plan consistía en falsificar moneda inglesa y como segundo objetivo tenia el dañar gravemente la economía inglesa provocando una inflación. Esta operación fue detenida por el fin de la guerra y el ingreso de los aliados en la imprenta.

 

Me pregunto que hicieron soldados y generales con todo ese dinero, me refiero al 100% de lo que encontraron. O que hizo la policía con los falsos "buenos" billetes de Héctor. También me pregunto porque dicen que Héctor Fernández solo falsifico 5 millones si el tipo trabajo como falsificador durante 20 años y de ellos en solo 3 meses falsifico 2 millones, incluso si descuento los años de cárcel, que son unos 6 años, le quedan 14, si quieren les dejo la mitad, 10 años, a 2 millones cada 3 meses hace unos 8 millones por año…..

 

 

 

En fin!, para los que piensen que es malo recibir un billete falso, piensen que también hay falsos profesionales, incluso en la medicina, incluso en la cirugía, como en Marbella ese falso médico que durante once años operó como cirujano, como la ex de Soldan, que se hacia pasar por doctora, o como aquel usurpador de identidades que incluso se hizo unas cuantas operaciones quirúrgicas en el hospital militar, con tan solo leer previamente un manual de cirugía.

 

 

 

Por supuesto, les advierto a los amables lectores de este blog, que todo lo que es falso, solo una burda o fina imitación de lo real.


Esto no es una pipa.

No hay comentarios: