martes, 2 de noviembre de 2010

Una de abogados

Hay ciertas preguntas que me hago a veces sobre Derecho, preguntas banales, claro. Por ejemplo, ¿hasta donde iría un abogado para defender a su cliente? Y un abogado ¿puede pensar que la Justicia es más importante que la Ley? O sea, si sabe que su cliente es inocente pero no consigue probarlo, ¿llegaría a ayudarlo a ser libre (como seria justo) si los hechos lo incriminan?

 

Hay un abogado en la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, que después de la Guerra Civil norteamericana (que se llama civil solo porque se da entre dos bandos de un mismo país, pero tiene las mismas características que las otras) y luego de una polémica vida política, dio un fuerte impulso a su carrera de abogado.

Se trata de Clement Vallandigham, que a fines de 1800 devino un abogado de mucho éxito. Este abogado, tal vez, se engolosinó con la victorias ya que casi no perdía ningún caso. Se propuso no perder ninguno.

 

Cuando tenía 50 años en Lebanon, Ohio, tiene como cliente a un tipo (Thomas McGehan) que participo en un tiroteo en un bar y esta acusado de disparar mortalmente a Tom Myers, con quien había discutido. Intenta sembrar la duda sobre su cliente aunque los hechos lo incriminaban. Vallandigham basa la defensa de su cliente diciendo en que Myers se había disparado a sí mismo en el medio de la disputa, cuando estaba arrodillado, en busca de su arma que había caído y que venia de encontrar en el suelo.

 

Para convencer al jurado y demostrar su teoría reconstruye los hechos de una manera tan realista que se dispara a si mismo con un arma cargada (que imagino él pensaba que estaba descargada). Con su muerte Vallandigham demostró de manera irrefutable la teoría del disparo accidental y consiguió exonerar a su cliente.

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