Como una demostración de la búsqueda de elevar el nivel ético, de buscar una sociedad sana, y hacer justicia por los que son un ejemplo social, es de observar que Carlos Monzon tiene un monumento en Santa Fe. Supongo que a nadie escapa que Carlos Monzon, fue un homicida, aunque esta trivialidad condenada por la Ley desaparece para el común general cuando miran solo su carrera de deportista.
Enfrento a este hecho el de dos personalidades de las que mi mujer me hablo. Una es el doctor Ricardo Gutierrez, que entre muchas cosas citaré que fue el primer medico de niños del país. Quien quiera, puede hacer una búsqueda rápida en la Internet para saber sobre esta persona, yo solo diré que es un ejemplo de servir con abnegación al prójimo.
Otra personalidad, de la cual me hablo muchísimo mi mujer, ya que para ella es un verdadero héroe es (nos ponemos de pie) el doctor Luis Agote. Podría decir muchísimas cosas de él (de hecho mas adelante voy a contar su biografía), hoy solo citaré el 9 de noviembre de 1914, cuando en una sala del Instituto Modelo de Clínica Médica se realizo la aplicación del descubrimiento del doctor Agote para reponer el caudal de sangre perdido por un niño, porque hasta ese momento el transfundir sangre ofrecía muchísimas dificultades. El maravilloso descubrimiento del doctor Luis Agote fue uno de los más trascendentes del siglo: la virtud anticoagulante del citrato de sodio.
Como pudieron deducir rápidamente, en la Primera Guerra Mundial este descubrimiento salva vidas como nunca nada antes lo había hecho.
La fecha que antes mencione figura de modo relevante en la historia de la medicina, sin embargo, el Doctor Luis Agote, a diferencia de Carlos Monzon, carece de un homenaje público.
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