domingo, 31 de agosto de 2008

Nietzsche Olímpico (o el oro para los mejores) III

III

Las primeras olimpíadas griegas surgieron de, y reflejaban, la guerra. Los juegos incluían a los Pocos a expensas de los Muchos. Sólo los atletas varones griegos, dirigentes de la elite política, y espectadores acaudalados asistían a los juegos y tenían acceso a los rituales sagrados al ofrecer sacrificios a los dioses nacionales. La mayoría de los griegos – mujeres y no-ciudadanos, extranjeros, esclavos y sirvientes – estaban excluidos de los juegos. Digamos que de modo muy similar a los actuales Juegos, el pensamiento del creador de las Olimpiadas Modernas, Barón Pierre de Coubertín, que continua con esta prohibición diciendo que "la mujer debía ser la espectadora, para mirar y aplaudir, en lugar de intervenir".

 

En la antigüedad las familias y ciudades-Estado griegas con inmensas riquezas y recursos tenían mayores ventajas para ganar y así declarar su superioridad sobre Estados más pequeños y pobres. Podían permitirse espléndidas estructuras para entrenamiento, los mejores instructores, viajes seguros, excelentes equipos, y los mejores alimentos y medicinas (cualquier semejanza con la era actual es mera coincidencia).

Las ciudades-Estado griegas seleccionaban y entrenaban a los más fuertes y más dotados, que generalmente eran soldados, para competir en las olimpiadas. Las Olimpíadas originales se basaban en "juegos" utilizados en la batalla como lucha y carreras. Los vencedores recibían enormes honores y premios, mientras los perdedores eran avergonzados, y volvían a casa en secreto. Las Olimpíadas también fortalecían los vínculos de los ciudadanos con la patria. Digamos que al ganar, era una forma de que los ciudadanos se sintieran "más griegos" u, hoy en día, podríamos decir "más franceses" o el país que se prefiera para el ejemplo.

Quisiera observales que dentro de esta filosofía Nietzsche expresa el polo de una lógica de combate perpetuo entre la elite y la masa, la raza de los aristócratas, los más fuertes, los que llevan la pulsión del genio. Dice que la diferencia entre esta elite y los "superfluos" (Überflüssigen) es abismal, una escisión inabarcable: "¿Qué es el mono para el hombre? Una irrisión o una vergüenza dolorosa. Y justo eso es lo que el hombre debe ser para el Superhombre: una irrisión o una vergüenza dolorosa".

Continua diciendo que el Übermensch es la resultante, simple y natural, del "Rangordnung" (orden jerárquico) generado por la lucha por la existencia. El elitismo reaccionario y anti-ilustrado es también un elemento central.

Los Juegos Olímpicos reflejan una nueva cruzada en la promoción de una elite sobre "los muchos", una exaltación de lo "masculino y muscular", una promoción de superiores e inferiores, una purificación y mejora de las naciones por medio de esta competencia, y lo que es peor aun introduce el concepto del "equipo nacional" (nacionalista).

 

Aunque los deportes pueden servir a veces de sustituto para la guerra, los Juegos son utilizados para culturizar a la juventud para la competencia límite, manteniendo los mismos valores que apoyan la guerra (como ser el racismo, el etnocentrismo, el nacionalismo y la idea de superioridad).

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