miércoles, 9 de julio de 2008

Niccolo Paganini

3) Un poco más

El artista entiende que se vive para crear arte, lo demás es un complemento o un regalo. El artista es el que crea la obra y posiblemente la obra va modelando al artista. Así Paganini creo obras endiabladas y las obras endiabladas lo fueron modelando.

Es la música, una rama del arte, la que transmite sentimientos inigualables que desbordan la sensibilidad de uno como casi ninguna otra cosa.

Paganini llegaba a hacer sentir intensamente a cualquiera que lo escuche, con cultura musical o sin ella. Así cuando se anunciaba su presencia en algún teatro tumultos de gente se peleaba por los tickets, los mendigos usaban sus monedas para comprar su pase de entrada y las prostitutas ejercían su profesión para poder pagarse su lugar en la sala de conciertos. Nadie quería dejar de sentir lo que Paganini y su violín les ofrecía, el rico o el pobre. Se han peleado con la chusma por conseguir su entrada tanto Chopin como Schuman, Schubert o Liszt.

Muchas veces fue invitado a reuniones y eventos sociales y siempre le decían "no olvide su violín". Una vez que había sido invitado a la casa de un noble con esta doble intención que ya lo tenia bastante casado, Paganini respondió diciendo que no lo había traído a la cena porque "mi violín no come mas fuera de casa". El anfitrión, también violinista, pero de muchísima menor calidad, no quería quedarse sin oír al virtuoso, así que se levanto y parsimoniosamente extrajo de una vitrina un violín y le ofreció su máxima joya un Guarnerius (instrumento que había comprado por estar garantizado que había sido creado por el famoso Giuseppe Bartolomeo de la luthería Guarneri.). Después de que el violinista hubo tocado, el príncipe, duque, marqués o lo que haya sido, no fue capaz de guardar el violín en su sitio. Se levanto de su silla con lágrimas que corrían por sus mejillas y le regaló a Paganini el violín mientras caía de rodillas frente a él sin dejar de besarle las manos.

Paganini dio así con EL instrumento que necesitaba. Cuentan que con aquel Guarnerius podía reproducir la voz humana y vocalizar el nombre de las personas. De ahí que dijesen que su violín encerraba el alma de mujeres de hermosa voz.

 

 

Dicen los libros que ya cuando el pequeño Nicolo tenia 13 años su ejecución del violín alcanzaba una técnica inmejorable para cualquier adulto (mortal) y una brillantez que rebasaba largamente los limites del virtuosismo. Su padre lo llevo a estudiar con el famoso Alessandro Rolla, pero este luego de oírlo tocar lo rechazo diciéndole al padre "que quiere que yo le enseñe a este joven si ya es un maestro en cualquier cosa que yo podría enseñarle". Pero pese a esto el pequeño Nicolo Paganini continuó estudiando composición y aprendió trucos sobre el oficio de violinistas y mejoro aun mas y mas y mas.

Cuando fue a Viena ya estaba precedido por su fama y los miembros de sus audiencias tomaban asiento dos horas antes de que comenzara la presentación por temor a perder sus lugares. En Leipzig, el afamado profesor de piano Friedrich Wieck, padre de Clara Schumann, anotó en su diario que hasta Nicolo Paganini: "Nunca había nacido un artista que sea tan magnífico e incomparable como él en tantos géneros."

En Berlín, Mendelssohn escribió a su amigo, el pianista Ignaz Moscheles: "Su ejecución está más allá de todo concepto ya que jamás se equivoca. Pides demasiado si esperas que te de una descripción de sus interpretaciones. Me tomaría una carta entera hacerlo, pues él es tan original, tan único, que requeriría un análisis exhaustivo el transmitir una impresión de su estilo."

El joven Chopin oyó a Paganini en Warsaw y se sintió obligado a conmemorar el evento mediante la escritura de una pequeña pieza, Souvenir de Paganini. Un joven estudiante de derecho de 19 años, Robert Schumann, una vez viajó hasta Frankfurt para escucharlo y decidió, particularmente por el resultado de dicha experiencia, dedicarse de lleno a la música.

Rossini, Donizetti, Liszt, Delacroix, George Sand y muchos otros famosos profesionales del arte asistieron en París a sus recitales, y todos fueron deslumbrados por su música y su estilo interpretativo.

 

En sus espectáculos Nicolo Paganini hacia una puesta en escena que él mismo creaba, como ya mencione el fuego como iluminación, su pelo largo, sus ropas descocidas y rotas, él mismo flaco y con la mirada en trance. Una cita de la época nos cuenta un poco del show escénico de Paganini, "los sonidos del violín se hicieron cada vez más tempestuosos y osados, en los ojos del espantoso intérprete brillaba un ansia de destrucción tan burlona, y sus delgados labios se movían de modo tan lúgubremente agitado, que parecía como si murmurara antiquísimas y malvadas palabras mágicas para conjurar la tempestad y desencadenar los espíritus malignos que yacen atrapados en las profundidades abismales".

Digamos que a través de esta explosión de recursos técnicos llenos de misterio busca añadir algo mas a la música. Es decir, el fin es el Arte, y con estos medios circenses de que a veces se sirve, intenta plasmar la esencia de su creación, de su verdad musical.

Pero era tanta la pasión con la que llevaba adelante su personaje y sobretodo su descomunal destreza como músico que no todos creían que se trataba de un show escénico y pensaban que el artista era el personaje.  Así el propio Goethe acuso de diabólico al músico cuando dijo "En Paganini se revela en grado extremo el demonismo".

 

Imaginen ustedes lo que era un recital de Paganini, La ansiedad previa de la gente llegando al teatro, la entrada a una especie de misa pagana para ver a un servidor del averno, la noche, la sala iluminada por el fuego, el demonio tocando y haciéndolos sentir emociones sin pausa. La sala de concierto vibrando con el calor humano. Y sobre el fin de la obra el público pidiendo bises. Paganini que comienza a improvisar y se va trasformando, ojos de poseído, un violín ejecutado de forma impecable, el público que llegaba a conectar directamente con la música que emanaba de su relevante carisma y sentido musical. Una cuerda del violín que se rompe y Paganini que continúa su ejecución. Otra cuerda que no resiste el ímpetu y Paganini que continua, hasta terminar tocando su improvisación de forma magistral con una sola cuerda y entonces, el publico ovacionándolo hasta lo indecible y el artista que siente que la interpretación triunfa plenamente en toda la extensión de la palabra, porque produce en el oyente una catarsis.

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