domingo, 27 de julio de 2008

Tres hechos musicales (que son verdad aunque usted no los crea)

Caso 2
 

Pasemos de la peor cantante a "la peor orquesta del mundo", la Portsmouth Sinfonia, orquesta que se a reconocido a ella misma con esta calificación.

Esta orquesta no surgió de una falla mental de sus ejecutores como el caso 1, sino que fue hecha ex profeso de esta forma.

En un principio se regia la formación e inclusión de músicos de la siguiente menera, el perpetrador en cuestión debía saber leer música, pero no debía saber tocar el instrumento con el que elegía participar en la orquesta, a excepción de un muy pequeño numero que si (las cuerdas me parece, lo que suena lógico que sean las cuerdas los instrumentos que dan cordura), quienes eran forzosamente necesarios para dar un mínimo de coherencia y que se pueda reconocer la obra. Pero luego decidieron que podía ser músico o no quien la integrase y solo tenia que tener alguna mínima experiencia con algún instrumento.

 

Fue creada en 1970 por una docena de estudiantes del Portsmouth Collage of Art animados por el compositor avant-gardiste Gavin Bryars y por los años 70's era considerado muy intelectual ir a oírla. Imagínense ustedes que esta orquesta, con una filosofía pre-punk (según la cual todo el mundo puede formar parte de una orquesta, con la única condición de querer hacerlo) llego a dar un concierto en el Royal Albert Hall. Parece que en los inicios la primera obra cuya ejecución se abordó (¡en fin!) fue la Obertura de Guillermo Tell, de Rossini, por ser perfectamente conocida de todos, al haber constituido el tema musical de la serie El Llanero Solitario

 

En principio se hicieron conocidos en un circuito intelectual de escuelas de arte, y en 1973 explota su popularidad con la publicación de su primer disco y un año después tocan el cielo (tocan mal el cielo, claro) con las manos cuando dan su celebre concierto, como ya dije, en el Royal Albert Hall de Londres a sala llena. Un concierto apoteótico, con un publico que delira pudiendo escuchar como se masacra el Aleluya de Haendel (versión alucinógena total) cantado por un coro de trescientos integrantes (coro reclutado con el mismo principio de incompetencia que la orquesta). La vals de El Bello Danubio Azul fue lanzada en cuatro tiempos por el director de orquesta ignorando todo del tema música. Y en el mismo concierto, un verdadero pianista interpreto Concierto para Piano, de Tchaikovski en el medio de la tormenta de notas falsas y de contra-tiempos provocados por los ochenta y dos "músicos" de la orquesta.

 

Desde los primeros desacordes (no vulneremos las reglas de la armonía hablando de acordes), un público eminentemente joven, con intelectuales y algún melómano tradicional y despistado entremezclado, e incluso ingenuos que asistieron sin saber mucho de que se trataba, se vieron contagiados por la pasión de los intérpretes y de su director, y aplaudieron rabiosamente al término de cada pieza.

Posiblemente esto paso porque no hubo nada de irrespetuosidad, iconoclastia o burla en esta empresa. Y, por otra parte, como señalaba Brian Eno (el productor de Talking Heads y uno de los fundadores de la orquesta) en el programa distribuido a la entrada del concierto, la principal característica de esta orquesta estriba en « el deseo común a todos sus miembros de interpretar las partituras tan fielmente como sea posible». Las incidencias del azar y de la propia situación creada por la diversa pericia de los músicos no niegan, sino que afirman, ese deseo de fidelidad

 

Los que se animen pueden escuchar a esta orquesta. Estoy seguro que mas allá de la sorpresa inicial o de la impresión de horror cómico, ustedes van a sentir otra cosa, algo así como una extraña materia musical monstruosa pero fascinante. ¡Eso!, un monstruo musical, cuasi informe, moviéndose torpemente con rumbo desconocido.

Eso si, búsquenla en Internet (varias piezas andan dando vuelta por allí), los discos de la Porstmouth Sinfonia hoy en día son absolutamente imposibles de conseguir y nada se ha hecho al respecto pese a que desde hace 29 años (la orquesta se disolvió en 1979) miles de fans inconsolables sueñan con una hipotética unión de la orquesta, o una re-edición en CD de sus tres discos, considerados por ellos como obras de arte.

Escúchenla y tal vez se vean influenciados como Gavin Bryars, que escribió la pieza Jesus' blood never failed me yet (La sangre de Jesús nunca me ha abandonado) utilizando criterios similares con los que reclutaban en la orquesta. De este modo Bryars utilizo un clásico himno eclesiástico entonado por un borracho en un callejón que Bryars grabó y proceso en estudio hasta convertirlo en el eje alrededor del cual puso a girar un dinámico y fuerte seguimiento orquestal. Años mas tarde el mencionado Eno se las arregló para convencer en 1976 a Bryars de que pusiera en una sola entrega El hundimiento del Titanic y La sangre de Jesús nunca me ha abandonado. El disco, por supuesto, es hoy un incunable de muy difícil acceso, pero (como no podía ser de otra forma) su clon cibernético anda dando vueltas por allí. A lo mejor tienen suerte; si no, seguro se van a topar con otras cosas de Bryars que seguro también son de aprovechar.

 

 

Pero yo menciono a Gavin Bryars por dos razones, una porque cuando Bryars de alejó de la improvisación para dedicarse a estudiar el arte compositivo (mientras se ganaba la vida como profesor) tuvo, entre los autores que estudio, en primer lugar de la lista a John Cage (Caso 3). La segunda razón es un nuevo intercambio de opinión con mi mujer que viene de terminar de leer este 2° caso y que me dice, sin que yo le haya preguntado algo, "uno: hay una diferencia que valdría la pena hacer entre cultura y divertimento y eso parece escapar a tu forma de ver a esta orquesta, o sea, no se puede poner en la categoría de restaurant a un local que despacha hamburguesas, dos: en el proceso de adquisición de un saber, la voluntad tiene su importancia, claro, pero revisa un poco la historia de la música y vas a ver que es evidente que la sola voluntad no es el origen de nada en términos musicales elevados, y finalmente si querés que escuchen una orquesta inglesa podrías recomendar la LSO o sino la London Sinfonietta (el sonido de la London Sinfonietta es muy inglés, son terriblemente buenos y terriblemente rápidos, son extremadamente profesionales y tocan a un nivel altísimo)".  

Me esmero en la respuesta y le digo que la Postmouth Sinfonia fue muchas cosas pero no fue una parodia para reír o un mero divertimento. Fue el trabajo de verdaderos músicos en una óptica no destinada a la risa, en una orientación abierta o de "puesta en cuestionamiento". Sí pudo haber habido momentos divertidos, pero ese no era el objetivo. La cultura de la música "clásica" es un universo muy cerrado que deja de lado un montón de valores importantes, el objetivo de esta orquesta fue el hacer una apertura a otros valores. Proponiendo de esta forma otra óptica u otra forma de medir la calidad abriendo la puerta para que muchos mas aprecien en su momento a Janis (Joplin) o la voz lijosa de Tom Waits.

No hay comentarios: