lunes, 30 de abril de 2007

Kommt, ihr Töchter, helft mir klagen

Una jarra de vidrio con jugo de esa variedad de mandarina sanguinea, algo acida y algo dulce, con algunos hielos y algunas galletas en un plato blanco con fileteados azules, amenizaba la tarde. Desde su reposera Herr Profesorr agrego:

-y una cosa mas. No le digo que sea el único, pero si el principal motivo de inculcar la prudencia. Por eso tanta insistencia, es el intento de dominar nuestras pasiones, de dirigirlas.

 

El viento traía el sonido muy lejano de la orquesta ensayando para el Viernes Santo (el 15 de abril), tan lejano que era tapado por el simple trinar de algún pájaro mucho mas cercano. Y el calor intenso solo daba alguna tregua en el lugar donde estábamos, bajo los sauces, a orillas del pequeño lago, bebiendo algo fresco.

 

Luego de beber un pequeño sorbo le pregunte:

-¿porque alguien quisiera dominar nuestras pasiones?, gracias a ellas es que la humanidad avanzo. Gracias a la pasión los genios científicos descubrieron todo lo que conocemos, y los artistas nos regalan todo lo que podemos apreciar!. Seria necio intentar bloquear esa veta de la humanidad.

 

Pese a la lejanía, el coro comenzaba a estar cada vez mas presente en mi percepción. Me confundía un poco oír a mi interlocutor y prestar atención a la música. En un momento, deje de percibir las cuerdas de la orquesta y eso me permitió prestar mas atención a Herr Profesorr, quien me dijo:

-quizás tenga usted razón, quizás yo me equivoque.

 

 

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