jueves, 22 de octubre de 2009

Iwo Jima

Como ya he dicho otras veces, me escudo en el hecho de no ser historiador, para disculparme por los posibles errores que contengan estas breves líneas, y a las que en este caso agrego la mayor parte las hago de memoria, recordando algún viejo documental que he visto y alguna que otra historia que he leído sobre el tema.

 

En febrero del '45 se comenzó a pelear por el control de la isla de Iwo Jima. Una batalla que duraría 36 días y que dejaría el saldo de unas 46.000 bajas entre las partes enfrentadas.

La posición estaba defendida por el Imperio Japonés, el ataque lo llevo adelante la marina de EEUU. Unos 30.000 hombres desembarcaron en las negras arenas de Iwo Jima y comenzaron una de las más heroicas batallas de la Segunda Guerra.

 

Para que tengan una idea de lo que se lucho y de la heroicidad del lado norteamericano solo les diré que mas marines de EEUU han ganado la Medalla al Honor por la batalla de Iwo Jima que en cualquier otra batalla de toda la historia militar de EEUU (lo que no es decir poco). En 36 días de combate tuvieron mas de  25.000 bajas (1 de cada 3 fue muerto o herido).

 

Pero hay otra batalla interesante a tener en cuenta en esta isla y es la batalla de mentalidades. Porque todos saben que cuando dos partes se enfrentan (en el más amplio sentido de enfrentamiento) la batalla se desarrolla sobre distintos niveles, y sobre todo en distintos terrenos, uno de los más importantes: el mental, el que propone la actitud.

 

 

 

 

El general japonés elaboró una muy buena estrategia y cavó túneles en toda la isla, favorecido por las rocas volcánicas ligeras a agujerear. Estos miles de kilómetros de túneles le fueron bien útiles cuando la Navy y la US Air Force procedieron a un bombardeo masivo de la isla. Y luego cuando la marina comenzara a bombardear las posiciones japonesas con el fuego de 6 destroyers y 4 cruceros pesados. Los obuses les escupieron proyectiles todas las mañanas, operación repetida a intervalos regulares desde principios de diciembre hasta febrero de 1945. Con picos como el del 19 de febrero del 45 donde agregaron el ataque de 120 aviones lanzados desde los portaviones que arrojaron bombas de NAPALM.

 

Finalmente se produjo el desembarco y durante la primera media hora parecía que la marina y la aviación habían hecho todo el trabajo de los marines. Estos encontraron solo una resistencia esporádica e implantada a largos intervalos y en apariencia totalmente desorganizada. Todo parecía ir bien para los marines hasta que giran hacia una pequeña cima de una duna… y en ese preciso momento se pone en marcha contra ellos un fuego cerrado de ametralladora y de morteros provenientes de puestos bien camuflados. Una lluvia mortal de balas y de obuses barre sistemáticamente la banda de terreno a todo lo largo. La operación más costosa que hayan conocido los marines en toda su historia viene de comenzar.

 

Durante algunos interminables segundos el shock sucedáneo al fuego enemigo que venia de hacer su aparición por la parte de los japoneses clava a los marines al suelo. No podían quedarse en el lugar y hacer frente a ese fuego (ninguno sobreviviría) y no podían retroceder tampoco porque a pesar de los tiros que pegaban por todas partes detrás de ellos estaba la playa con las barcazas de desembarco que avanzaban aun, desembarcando las compañías de apoyo que se agarraban a la cabeza de playa ya hecha.

Así que los pelotones de cabeza empujaron delante de ellos (mas para escapar de la lluvia de obuses que les estaba cobrando ya muchas vidas). Llegaron así justo delante de las posiciones japonesas, casi cara a cara. Sin posibilidad de repliegue, destruyeron algunas, y siguieron adelante. Forzados y muriendo de apuñados, en una larga e interminable hora consiguieron ganar 800 metros, pero habían conseguido que 7 batallones de marines desembarquen.

 

Este fue el error fundamental del general japonés Kuribayashi, permitir que la primera ola de marines atraviese la playa y sostenga la posición, porque esto permitió que para el fin del día, 30.000 marines con todas sus armas y logística hayan desembarcado. Lo que permitió a los norteamericanos atravesar y "estrangular" la isla y aislar el monte Suribachi con su guarnición del grueso de las fuerzas de defensa japonesa y permitiendo a los marines controlar el extremo sur. Menciono especialmente este monte porque la primera vez que oí de él fue en la época en la que trabajaba como foto-periodista de deportes y quería entrar a corresponsal de guerra y vi una foto en donde cuatro soldados levantaban una bandera. Una foto excelente, dramática (sobretodo por el blanco y negro) al verla me quite el sombrero mas por Joe Rosenthal que por los soldados que participaron en la batalla.

 

Volviendo a la batalla, la toma del monte Suribachi tomo 4 sangrientas jornadas. Ya estaba terminando el mes de febrero y todos ya tenían "demasiado" en esa isla. Pero a partir de ese momento comenzó lo mas salvaje de la batalla, cuando comenzó el asalto de los marines contra las líneas de defensa norte. Allí la batalla fue con cargas de bayoneta, con laza-llamas, con granadas, con pistola, cuerpo a cuerpo… y así durante 21 días y noches.

 

Del lado japonés habría que agregar que a los fragores de la batalla se le agregaba días enteros sin comer y los últimos sin beber. Sin remedios ni ningún tipo de asistencia. Y aquí es en donde hablo de las partes mentales diferentes, los japoneses, educados con el código Bushido creían que la rendición era un deshonor y estaban obligados a morir por defender la isla. Y así lo hicieron. A un norteamericano se le puede decir que va a ser duro, pero no que no existe la posibilidad de rendición y que va a tener que morir en la batalla.

 

Sobre el final de esta historia, perdido por perdido, el general Kuribayashi y lo que le queda aun con vida de su tropa, enfermos, heridos, hambrientos y muertos de sed, se lanzan en un ataque suicida contra los norteamericanos armados con cuchillos, algunos con sables y otros con bayonetas. La batalla esta terminada, la victoria es para los marines (que perdieron mas hombres que los japoneses).

 

A cierta distancia de allí, no muy lejos, un soldado japonés hace frente a un grupo de marines con una pala, sin rendirse y sin poder causar daño alguno a sus enemigos.

 

 

 

Para los que le interese esta batalla, les recomiendo la generosa bibliografía sobre el tema, y las dos brillantes películas que hizo Clint Eastwood sobre el tema, una del punto de vista norteamericano "La memoria de nuestros padres" y otra del punto de vista japonés "Cartas de Iwo Jima"