viernes, 16 de diciembre de 2011

Justificando, ejemplificando, mostrando.

Como todos nosotros podemos deducir, a la humanidad le cuesta mucho comprender algo que no ve, incluso tiene esa famosa frase que dice « si no lo veo no lo creo », como si la visión de algo fuera lo único necesario para establecer que algo es real o cierto.

 

Los que trabajamos algún tiempo con imágenes sabemos que no todo lo que se ve es real y no todo lo real se ve, pero esto es otro tema.

 

La Iglesia dio muy rápido con este problema al proponer a la gente un sistema religioso en el que su máximo exponente no es visible y encima en una época en la que la foto no existía…. Pero sí la pintura. De esta forma se valió de este arte para mostrar a la gente escenas de Cristo, de santos, de la Virgen y demás cuestiones.

 

Hubo emperadores y reyes inescrupulosos que se hicieron pintar a caballo y al frente de sus ejércitos en plena batalla, cuando en realidad jamás habían estado en esa situación. Hubo (¿hay?) dictadores que trucaron fotos para verse al lado de verdaderos lideres o en reuniones fundamentales.

 

También se usó la escultura, en donde se ve, en general, escenas parecidas a las pinturas ya que el arte religioso en principio y la nobleza luego (con sus mecenas) fueron los que solventaron muchísimas pinturas, esculturas y obras de arte en general.

 

 

 

Al iniciarse el siglo XVIII el sistema político predominante en Europa era el absolutismo monárquico. Un sistema que se sostenía apoyándose sobretodo en la nobleza que era propietaria de la mayoría de las tierras y que poseía los principales cargos y privilegios de la época. Por supuesto que estaba la burguesía, que se enriquecía, pero sin influencia política y sin entrar en los círculos de poder.

 

Luís XIV tenia solo cinco años cuando accedió al trono. Por supuesto que no estaba preparado para resolver problemas de Estado, ni en ese momento ni cuando estallo la "Fronda". A los 23 años, Luís XIV anuncio que en lo sucesivo él seria su propio ministro y durante los siguientes 54 años gobernó Francia y fue el modelo de monarca absolutista que gobierna por Derecho Divino.

 

Luís XIV era también un muy buen mecenas de las artes. Un ejemplo es el chateau de Versailles, que él construyó. En la época fue (y hoy en día sigue siendo) incomparable en magnificencia. Un arquitecto amigo, cuando lo visito, me hizo el siguiente comentario que yo adopte como frase, al verlo dijo "es un verdadero monumento de la arquitectura". Se puede agregar que es un grupo de obras de arte, no solo en arquitectura, sino también en pintura, escultura, diseño interior, jardinería y tecnología de construcción.

 

En este chateau también se valieron de las artes para fortalecer una idea política, como ya se habían valido de las mismas la religión y demás cuestiones. Los ejemplos en Versailles son muchos, los invito a ustedes a recorrerlo y encontrarlas por sí mismos.

 

 

 

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