domingo, 13 de mayo de 2007

Camino a Waterloo

"No, no puedo concebir morir sin lucha ni sin gloria, sin realizar siquiera alguna

 hazaña cuyo relato sea conocido por los hombres del mañana". (Ilíada, XXII)

 

 

Con mucha frecuencia, en los múltiples discursos que atraviesan la historia (incluso la moderna) se producen vacíos, silencios que actúan como agujeros negros sobre ciertas cuestiones al parecer esquivas para mi. Las actitudes inexplicables de la batalla de Caseros, por ejemplo. O mas que ciertas batallas, ciertos generales. Ante la proliferación de comentarios sobre casi cualquier cosa, ante tanto barullo de historiadores cuyos diplomas dicen que están habilitados para hablar de historia (yo no lo estoy, y por eso estoy cometiendo tal vez un sacro delito), ante todo eso, la historia, en vez de ser mas clara y amplia parece replegada, o confinada, a un mundo similar al de la ficción, a la crónica policial y, con ciertas reservas, muchas veces al ámbito de la psicología.

 

Entonces, sin pedir permiso, o haber sacado el certificado correspondiente, voy a comentar algunas cosas que siempre me llamaron la atención, sin llegar a una conclusión cierta ya que este mundo no acepta certezas, excepto la de la muerte (que es el único acontecimiento irrefutable).

 

 

Uno de los misterios, para mi, es Waterloo. Voy a hablar, entonces, de Napoleón. O sea, Waterloo desde Napoleón.

 

Siempre me pregunte, porque Napoleón actuó como actuó en Waterloo, y la prolongación a ¿por que no contra-ataco en París?. Pero vayamos por partes. El joven Bonaparte nace en una isla que era italiana, pero se hace francesa un año antes de esto. Habla corso y es petiso, dos cosas por las que no le iba a ir bien con sus compañeritos en la escuela militar. Destaca en Toulon, y lo envían a Italia. Allí, según cuentan, toma un ejercito desastroso y lo convierte en un ejercito victorioso. Parece ser que una de las mayores virtudes de Napoleón era la de saber como motivar a sus soldados. Allí, en Italia, cuando encuentra al ejercito mal vestido, mal pertrechado, mal alimentado, sucio, les habla de los honores que vendrán, de la victoria y las riquezas que esta traerá, e incluso comienza a hacer nacer la idea de nacionalismo diciéndoles cosas como "haganles sentir que es ser un soldado de Francia, que es ser un francés".

 

Napoleón quería tomar Inglaterra, y para esto se estaba preparando. Pero, le llega la información que una alianza se estaba formando y varios ejércitos se unirían para intentar derrotarlo. Napoleón sale a su encuentro y realiza entonces todas las proezas posibles: una nueva táctica de guerra (que podría llamarse "guerra relámpago"), estructura su ejercito con los famosos 18 mariscales, prolonga las lineas de abastecimiento, mas allá del limite de lo que se podía en la época. Pero por sobre todo, allí en Austerlitz, lleva adelante la mejor de sus batallas.

 

La noche anterior a la batalla, justo, exactamente un año después de coronarse emperador, Napoleón un tanto nervioso, no descansa y a media noche monta en su caballo y sale a ver a las tropas. Algunos soldados estaban velando armas, ya que llovía intensamente y había que estar seguro que la pólvora este cerca para las 50 municiones que tenia cada uno, había que estar seguro que las armas de avant-carga no tenían ninguna basura que las obstruyera.... Algún soldado ve al Emperador Napoleón cabalgando, bajo la lluvia, velando él por sus soldados, como ellos por sus armas. Otro soldado recuerda la fecha, la fecha de la coronación y sale de bajo de su toldo y agarrando una antorcha grita a viva voz al paso de Napoleón "que viva el emperador!". Despierta y hace salir a otros, que recuerdan la fecha. Otros se suman al grito bajo la lluvia. "que viva nuestro emperador!". Mas y mas comienzan a despertar a media noche y se suman con antorchas.

El caballo del Emperador se pone nervioso ante los gritos y se encabrita en sus dos patas traseras, un rayo parece inmortalizar la imagen de Napoleón bajo la lluvia y 200.000 antorchas gritando a viva voz solo un grito gutural.

Al otro día, el ejercito del emperador (que no el de Francia!) en inferioridad numérica despedaza sanguinariamente a dos ejercitos.

Incluso el flanco derecho, puesto debilmente, no solo resiste en inferioridad de 4 a 1, sino que gana posiciones. Desesperados, los aliados envian a los cozacos, celebres por su fortaleza, altura e impiedad, pero son destrozados por la Guardia Imperial del Emperador. La orden es no tomar prisioneros, y una retirada ordenada se convierte en el clasico desbande de "salvese quien pueda".

 

El dia termina, y Napoleón celebra el primer aniversario de su corona como emprador con un dia mas que perfecto. A la distancia, los prusianos se enteran de las 37.000 bajas de los aliados y huyen (solo para ser humillados un año despues en la batalla de Jena). Enterados de la victoria de Austerlitz, en Inglaterra enrollan los mapas de Europa y los guardan por un buen tiempo.

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