Recuerdo cuando iba en moto de Bajo Flores, a Pompeya y de allí a Lanus, que había un deficiente mental en un semáforo, todos los días, a toda hora. Yo no soy de dar dinero a la gente en los semáforos, pero con este tipo hacia una excepción. Lo recuerdo bien, con dificultades para hablar y para caminar. Cada vez que pasaba le daba unos pesos. Alguna vez pase con mi actual mujer y ella me vio darle dinero y le llamo la atención (yo siempre me había expresado en contra de esta práctica). La mire y le dije "es que el pobre tipo ni siquiera puede entender que tiene todo el Derecho de exigir al Estado que lo proteja, que lo cuide, que lo eduque, que lo alimente". Y ese es el caso extremo.
Algo importante, como buen personaje ubicado en el poder, es hacer creer al individuo que él solo es el responsable de su malestar. Se le puede atribuir muchos justificativos: la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos.
En la gente común, al aplicar este tópico, obtenemos el resultado de que el individuo no cuestiona, se auto-devalúa, se culpabiliza, inhibiendo así toda acción en contra de quien genera esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario