La dignidad en la forma en la que te hablan o como se dirigen a tu persona es importantísimo para evaluar las intenciones de tu interlocutor o de quien intenta « venderte » algo.
Dirigirse a su interlocutor como si fuera un chico de corta edad es una técnica sacada del marketing. Se utiliza un discurso de argumentos, de personajes y especialmente un tono infatilisante, muy próximo a la debilidad mental, como si el interlocutor (o el espectador) fuese un chico pequeño, o un discapacitado mental.
Mas se busca engañar, mayor será el tono infantilsante.
¿Porque es esto?, porque si nos dirigimos a una persona como si esta tendría 12 años, entonces, en función de la sugestibilidad, ella tendrá, con una gran probabilidad, una respuesta o una reacción desprovista de sentido critico, tal como una persona de 12 años cuyo discernimiento es bajo.
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