lunes, 1 de agosto de 2011

Otra de ecologia

Leo en otra revista http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=pollution-climate-change-accelerate-ocean-degradation

Que un grupo internacional de expertos mundiales en vida marina advierte en un informe que los océanos terrestres corren un alto riesgo de entrar en un evento de extinción masiva sin precedentes en la historia de la humanidad.

Este informe preliminar se basa en el primer estudio internacional e interdisciplinar que tiene en cuenta el impacto acumulado de todos los factores que afectan a los océanos. Han considerado las últimas investigaciones realizadas en las distintas áreas de las ciencias marinas y los efectos combinados de la contaminación, acidificación, calentamiento, sobrepesca, perdida de habitats e hipoxia.

Los expertos concluyen que la combinación de todas estas amenazas o síntomas están creando las condiciones asociadas a cada una de las extinciones masivas de especies que se dieron en la historia de la Tierra en el pasado, antes de que aparecieran los humanos.
La velocidad y ritmo de degeneración en los océanos es, de lejos, más rápida de lo que nadie había predicho. Muchos de los impactos negativos previamente identificados son más graves que la peor de las predicciones. Aunque es difícil de evaluar debido a la velocidad de cambio sin precedentes, los primeros pasos hacia una extinción global significativa pueden darse con un aumento en la extinción de especies marinas, como las que forman los arrecifes de coral.

Para ejemplificar someramente les comento que el ritmo al que el carbono está siendo absorbido por los océanos es ya mucho mayor que en la última extinción global significativa de vida marina acaecida hace 55 millones de años, que es el evento más parecido al que estamos provocando en la actualidad (denominado Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno). En ese evento se emitieron 2,2 gigatoneladas de dióxido de carbono anuales a la atmósfera en el transcurso de un milenio. La consecuencia fue que el 50% de todos los grupos biológicos de la vida marina de entonces desaparecieron para siempre.
Ahora estamos emitiendo 55 gigatoneladas anuales (un ritmo no visto en el registro geológico). Además la sobrepesca ha reducido las poblaciones de las especies comerciales en un 90%. Se puede mencionar como ejemplo que en un sólo evento de blanqueamiento del colar ocurrido en 1998 se eliminó el 16% de todos los arrecifes mundiales.
Entre los problemas más graves está la acidificación de los océanos según éstos van absorbiendo dióxido de carbono producido en nuestras emisiones. Al parecer, esto está ocurriendo a un ritmo superior al que se pensaba.
Las zonas muertas por hipoxia se deben a la contaminación con aguas que han arrastrado los fertilizantes artificiales de nuestros cultivos en tierra. Estas zonas aumentan cada año en tamaño. Además de los contaminantes químicos, que incluyen los retardantes del fuego o los perfumes sintéticos de los detergentes, ya se pueden encontrar en los osos polares. Estas sustancias pueden ser absorbidas por las partículas de plástico que ya contaminan todos los mares del mundo, ser ingeridos por distintas especies marinas y propagarse por la cadena trófica.


Los expertos están de acuerdo en que la suma de éstas y otras amenazas significa que los océanos y los ecosistemas que albergan son incapaces de recuperarse de este ataque múltiple.

En definitiva, nos dirigimos hacia una extinción masiva en los océanos terrestres que veremos ya con nuestros ojos (y no el 5890 ni en el 2100) si no hacemos nada para impedirlo.
Quizás llegue un día en que los mares hayan muerto y sobre ese cementerio se desplacen con sus yates aquellos que más contribuyeron a su asesinato.

Las medidas para impedir esta terrible realidad está en nuestras manos y la factura la pueden pagar perfectamente aquellos que más tienen.

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